jueves, 31 de marzo de 2011

Empecemos Una Nueva Etapa.

Te juro que nunca te quise hacer daño, no aposta. Pero, aunque ahora sé que buscas en mí, sigo teniendo miedo por no poderlo cumplir, ¿si no fuera capaz de hacerte nunca feliz? ¿Qué podría hacer a parte de llorar?
No quiero que que derrames unas lágrimas como las de ayer porque no quiero verte ni oír que sufres porque me hundiría en una miseria que no puedo dejar de sentir desde ayer, se me cae el corazón a cachos porque no puedo dejar de hacerte sufrir y yo no te quiero ver así.

La promesa que hice, la cumpliré porque no quiero verte como ayer.
Pero quiero que tú me prometas algo, ayúdame a olvidarme del anterior.

Porque quiero vivir contigo mil y una aventuras, quiero vivir nuevas cosas que nunca he hecho y que quisiera que tú estuvieras a mi lado, viviéndolas conmigo.
Me preguntaste qué es lo más me duele... Pues me duele esperar los findes y solo poderte ver un poco, estar entre semana y no poderte abrazar ni pedirte que estés conmigo. Porque, aunque vivas cerca mío, sentirte lejos y que no pueda verte entre semana me mata, se me clava como un puñal porque estoy mal acostumbrada.

Pero ahora no me dejes sola porque me sentiré como una niña recién abandonada y no podré dejar de llorar jamás.

Sé que sufres porque piensas que tú no me haces feliz, ¿de verdad crees que hubiera dejado aquella relación por cualquiera? Tú tuviste algo especial, desde el sábado aquel en el que te vi, en aquella colina, esperándome... ¿De verdad crees que eras una excusa para dejarle a él? ¡Te equivocas!

¡Y deja de pensar que no me haces feliz!
Si no lo hicieras, ¿crees que esperaría cada finde con impaciencia?

¡A qué te doy un capón cuando te vea y te quedas sin besos!

¡Te quiero bobo!

Aunque el Corazón Lata, Ya Está Muerto.

-"Hola."
-¿Quién eres tú? -dije mirando un corazón hecho mierda.
-"Soy tu corazón."
-¿Y qué te ha pasado?
-"Que me estoy convirtiendo en un corazón sin ganas de latir."
-¿Por qué?
-"Porque tú has renunciado a algo que todavía es posible, sabes perfectamente que necesitas a él. Y este es mi aspecto desde que lo dejaste."
-A mí también me duele, le echo de menos. Tengo miedo y estoy rodeada de una soledad que me da miedo y él de ahora no puede ayudarme porque siempre está lejos, porque nunca está a mi lado; me he perdido, me comporto como si todo me diera igual pero no es así. Todo duele, me paso el día llorando, no aguanto, me muero, todo se va para dentro.
-"Pues imagínate yo. Ahora me pongo Tiritas de Alambre para sufrir más. Porque quiero caerme, porque quiero que sientas como me siento yo cuando tú haces una gilipollez como la que hiciste. ¡Pásalo mal, como yo lo hago! ¿Cómo pudiste...?"
-¿Por qué me mandaste unas malas señales? ¿Por qué no supiste aguantarte? Después de todo lo que él y yo hubimos pasado, yo no quería haber acabado así, yo quería que él hubiera roto conmigo, que me hubiera cambiado por una mejor.
-"¿Por qué lloras ahora?"
-Porque veo sus fotos y me doy cuenta porque le quería cerca mío, porque le quería aquí a mi lado... ¡No lo soporto! Y ahora que cada vez se va haciendo menos mío, menos cariño, menos amistad, menos complicidad...
-"Tengo miedo. ¿Por qué no nos dimos cuenta antes? Todo lo hacía por nosotros, porque nos quería, porque no quería que nos pasase nada y ahora sufrimos."
-¡Mira lo que he traído!
-"¡Es un cútter! Dejaremos de sufrir de una vez, moriremos sin miedo, sin respeto por nada ni por nadie. Moriremos llorando."
-Por fin dejarás de latir.
-"Y tú de sufrir."

sábado, 26 de marzo de 2011

La Carta.

Querido amado:

Perdón, normalmente hacía estos comentarios con mi ex y se ponía a ayudarme. Últimamente siento perder trozos de mi vida, a ratos, y otras veces me alegro de que todo vaya como va. No es culpa tuya, es solo mía. Porque algo de mi interior se muere y no sé que es y odio sufrir, por eso digo estos comentarios que te hacen tan mal.
Y a ratos lloro, y a ratos me encuentro fenomenal, me he convertido en un huracán de emociones que ni yo misma entiendo.
Aunque sé que esto te parecerá lo mismo que te digo siempre pero esto es lo que siento día a día, y no hay nadie que me salve de estar así. Incluso yo me harto de mi comportamiento porque no es justo para contigo.
La verdad es que también siento mucho miedo de que me conozcas como soy en realidad, realmente soy una persona que no para de sentirse desdichada y fatal consigo misma, pero yo quiero ser fuerte, no quiero llorar, por eso, me callo y no digo nada; no quiero que descubras que soy una persona tan frágil, que se te deshace con apenas mirarla, porque soy como un cristal, y lo que me destroza es una soledad que no puedo compartir porque ni yo misma llego a saber su dimensión.
No se puede luchar contra la soledad si te sientes realmente solo, y que escuche canciones tristes y que van sobre soledad, no acentúa pero tampoco ayuda, sencillamente me deja en un punto en el que llorar y reír son mentiras que se caen por su propio peso, mi ex vió eso en mí y lo transformó en la persona que soy contigo pero sin un apoyo al lado me ahogo, me caigo en un pozo del que me es imposible salir.
Quizá ahora no te des cuenta de cuanto sufro pero algún día te darás cuenta de que a veces las mejores personas son las que lo están pasándolo, o han pasado, mal y se han sentido los peores seres del Universo.

Un abrazo -no puedo darte un beso de despedida, ya te lo daré cuando vuelvas-.

att: Tu Desconocida Rubia.

viernes, 25 de marzo de 2011

Siempre Quedo la Segunda en Prioridad.

Me harté de pensar que soy la que peor prioridad tiene, la que queda en segundo plano, ser la única que espera con impaciencia oír tu voz, la única que ansia que estés aquí conmigo.
Y es que cada vez me siento tan sola, me siento tan abandonada que voy a meterme en una cajita como un cachorro y que alguien me adopte y que me quiera, solo quiero saber ¿alguna vez tuve algún tipo de prioridad? Quizá como dicen mis amigos soy el chochete, la que es el coño fácil. Muchas veces me planteo si hice bien y en abandonar una relación en la que era feliz, en la que él y yo éramos como piezas de un puzzle, en la que las veladas eran bonitas, en las que me encantaba que él estuviera a mi lado. Me equivoqué, porque antes no me sentía tan sola, ni tan llena de rencor, con tantas ganas de gritarte que me siento tan mal que me paso la mayoría de las noches pensando en él y llorando.
Porque le echo de menos, porque ahora es cuando más en mi mente está, y más le echo de menos, cualquier gilipollez como poder tocarle, como poder abrazarle y como que esté conmigo cuando lo necesito.
Como mirar las fotos, los vídeos y llorar hasta hartarme, y echar de menos aquellos días, y sentir como la única vida que tengo se me escapa de entre los dedos, como me afeo, como me salen arrugas, como se quedan mis ojos inundados.
Cada vez que me abandonas me siento como un perro echado de casa, abandonado; ya me he sentido más de una vez así pero siempre estaba él, acariciándome y queriéndome, dándome razones para seguir aquí.
Con el vi mi razón para vivir, hacer felices a las personas pero sobretodo a él pero no lo he hecho, di por sentado que un cambio me vendría bien ¿pero bien significan estas lágrimas que no paran de fluir, este sentimiento que siento como que estoy de más en tu vida?

martes, 22 de marzo de 2011

Miedo.

No sé que espera nadie de mí, y nunca lo sabré porque estoy tan metida en mi propio mundo que me es imposible pensar o hacer caso a otras cosas, y eso me hace temer.

Una vez temí perder a quien me amaba y pensaba que nunca sería capaz de cambiar eso, tenía mucho miedo de que descubriese que en verdad soy alguien en el que no se puede confiar, que no soy tan perfecta como me veía. Y eso hacía que temiese aún más por mí o por lo que pueda pasar.

Me siento vapuleada de un lado a otro, sin saber que hacer, en que fallo y en que no. Lo siento, me pierdo porque estoy, aún más ahora, perdida y es como si perdiese conocimientos sobre algo, sobre lo que pasa a mi alrededor. Estoy idiotizada pensando que soy perfecta como soy, que quizá nunca debiera cambiar y eso es mentira.
Con el anterior no era tan cariñosa como yo pensaba, era más su amiga que su novia pero no era porque lo quisiese así sino porque me daba vergüenza, porque tenía miedo de caer mal a los que me rodeaban porque pensaba que él podría perdonármelo todo.

Ahora me doy cuenta que necesito cambiar, porque como siga así perderé lo poco que me queda de alma, de persona y de dignidad. Soy un ser que está casi tan desesperado por cambiar que no hace otra cosa que meter la pata.
Me cuesta cambiar si no sé que es lo que debe cambiar, que es lo que debe quedar. Me doy cuenta que soy una persona frívola, fría, una cosa que yo nunca quise ser. Pero cada día soy más fría y estoy cada vez más apática y con más miedo, no puedo esconderme en una madriguera como un conejo. Debo enfrentar cambios y más cambios y saber que debo cambiar, pero debo también aprender a verlo sola, no puedo estar todo el día pensando que me lo tienen que decir.

Pero sigo siendo una persona que tiene miedo a todo.

lunes, 21 de marzo de 2011

Mi Muestra de Afecto.

Me encanta montarme en tu coche porque, mayoritariamente, huele a tí.
Cuando subo en él es como si entrará en tu mundo, en el que todavía soy una extraña, pero poquito a poquito, y cada vez que entro, me voy convirtiendo en parte de él; ya sé donde guardas las gafas, ya sé donde pierdes los móviles y donde tienes todos los CDs escondidos y sobretodo, lo que te encanta que te haga mientras conduces.

Tu coche no es pequeño, como siempre aseguras, ni grande, como quisieras que fuera, de tamaño no está mal, yo no me quejo porque tu coche es tu coche ¿por qué quejarme de algo que sé que funciona?

Cuando me vienes a recoger lo que más me gusta es sentarme y recibir un beso, de esos que expresan mil cosas, ¿a qué nunca te lo he dicho? Quizá me enfade el día en que dejes de recibirme con un beso de esos, bueno también me enfadaré el día en que dejes de picarme y decirme muchas cosas, me malcrías.

También mola mucho cuando subes la música y nos ponemos a cantar a dúo, siempre acabo riéndome porque desafinas. Sobre todo cuando cantas Estopa como si fuera uno de los mejores grupos del universo y sigo riéndome.
También me encanta ver como pones esas caras mientras conduces, siempre y cuando estés de buen humor, y como me dices:
-¡Ay. neenaa!- con esa voz tuya que me encanta mientras te rasco y acaricio la nuca. De nuestras salidas, lo que más me ha gustado y me molaría repetirlo alguna vez, es caminar por el campo, aunque me gustaría que esta vez no fuese por aquel sino en uno en el que nos podamos perder, en el que piense que de verdad me he perdido y que quizá me encuentre con un conejito blanco vestido con chaleco.

Pero hay algo que me gusta más que nuestras tonterías, como me tratas sería una de ellas, como me llamas cuando me voy perdiendo pero sobretodo, lo que te quiero; eso no podría cambiarlo nadie.
Porque te quiero más de lo que nadie te puede querer ahora mismo.

lunes, 14 de marzo de 2011

El Juego del ¿Sabes...?

¿Sabes...?
Aunque todo haya acabado, sigo echándote de menos. De veras.
Como dormíamos en tu cama acurrucados, en como me mirabas en la oscuridad de la noche, en como me agarrabas de la mano para que no sintiera miedo.
¿Te acuerdas de cuando contábamos cosas? ¿Cómo íbamos criticando a la gente? ¿Cómo sabíamos si esto o lo otro les hacía más adultos?
¿Las noches juntos? ¿Cómo mentíamos a mis padres para dormir en tu colchón? ¿Y la de veces que te he cantado en él?
¿Y las veces que nos hemos enfadado, gritado y luego volvíamos a mirarnos y era como si nada hubiese pasado?

¿Sabes...?
Que ya sé que has escondido mis cosas.
Que quizá te siga echando de menos durante todo lo que reste de mi vida, que tampoco es mucho, no con este dolor en el pecho.
Que aunque os quiera a los dos, por ti siempre tendré debilidad.
Que me pondré cada vez más triste, contra más avance vuestra historia.
Que soy idiota y ya lo tengo demostrado.
Que echaré de menos decirte te quiero.
Que ahora consigo mirar vuestras fotos y no llorar, solo me enfado porque conmigo no lo hacías.
Que ahora me cabrea el mundo.
Que me gustaría que no sentir nada de lo que siento.
Que sigo cantando nuestra canción dormida.
Que me alegro de que seas tan feliz.
Que sigo vomitando en mitad de la noche para que nadie me oiga.
Que me encanta como se va la comida y parte de mi vida entre los dientes y a grandes chorros.
Que ojalá algún día tenga una mínima oportunidad.
Que pienso progresar para intentar verte solo como un amigo.
Que no sé pasar de página sino que tampoco tengo a nadie que me diga como.
Que seguirá quedando una pequeña pizca de esperanza.
Que ahora mismo, en cuanto termine este texto, seguiré echando más papilla porque quiero verme guapa.
Que esto no es de ningún modo una reconquista, sino palabras escritas para que dejar de sufrir.

Sé que este texto es absurdo porque fui yo la que te eché y de muy malas maneras pero tengo más miedo aún ahora que antes porque quizá te des cuenta de que no soy tan perfecta como tú solías pensar.

viernes, 11 de marzo de 2011

Solitaria.

¿Sabrías ayudar a alguien que se siente tan solo en el mundo, que no para de llorar?

Yo me siento así, cada segundo del día, no importa me rodeé, me siento completamente sola, indefensa y triste que soy capaz de cualquier cosa. El otro día casi me corto las venas, hoy casi me abro la cabeza en canal. No sé que haré mañana para no sentirme tan sola.

¿Sabes como me siento cuando ignoras lo que te digo? ¿Sabes lo que me haces sentir?
Me paso todas las tardes apática, de mal humor y con unos morros hasta el suelo, me siento sola y me tumbo en la cama y como en casa no se me permite fumar cuento cuánto dinero me queda para comprarme un billete para volar y no volver.
Confío tanto en ti que me vuelvo idiota pero siempre esperando una palabra tuya que me levante el ánimo pero nunca la hay, así que me pongo cantar canciones tristes, ¿no sabes que las canciones tristes son las que pongo cuando me siento tan sola que podría explotar sin que te dieras cuenta?

¿Estás seguro que eres capaz de cuidar de alguien como yo?
Soy inestable, insegura, caprichosa y ninfómana, ¿estás seguro de que te quieres quedar conmigo? Si lo prefieres me quedo en un rinconcito del cielo, sentada sobre la Luna y contándole cuentos secretos, de niñas que lloran, que son tristes por las noches y que lloran hasta que mojan la almohada. Seguro que la Luna me entendería, se quedaría a mi lado y no me sentiría nunca sola, ni indefensa ni triste.

Si eres capaz de ayudarme, ¡ayúdame!
Me pincha el corazón.
Se llenan los ojos de lágrimas.
El corazón se encoge y se empieza a crear otra vez ese escudo de hielo, de bromas y sonrisas para que parezca que nadie lo haga daño.

lunes, 7 de marzo de 2011

Primeras Veces.

Me tumbo en la cama, fumándome un cigarrillo, sí, me he vuelto a enganchar como tú mismo dijiste, y mirando al techo lleno de estrellas y de ilusiones que se renuevan cada día.

Aún recuerdo el día que te conocí, cómo saliste de aquella estación de Metro, cómo me encantaba tu voz por teléfono, las movidas que hubieron y la tristeza de irme de vacaciones tan pronto.
Recuerdo cuando hablábamos por teléfono, cómo todas las tardes cuando atardecía me llamabas, y nos tirábamos horas y horas, incluso de noche, cuando te cantaba incluso estando aquel compañero contigo, cuando nos dormíamos al otro lado de la línea.
El beso que te dí en cuanto te ví esperándome con una flor entre las manos, las de veces que ví sonreir, las de veces que te oí llorar, al primera vez que nos cogimos las manos en el R5 de mi madre. Las de veces que te he visto desearme y las de veces que me ha encantado que me echases en falta.
El primer verano juntos, una sola semana pero en la que ví varios atardeceres cogida a tí, corriendo jugando.

Y tres años después de ese día 21 de Junio del 2008, todo se acabó y ahora eres feliz con otra después de serlo yo con Abel; estoy triste porque tengo la impresión de que ella te hará mucho más feliz de lo que jamás fuiste conmigo. También me alegro por ti porque mereces lo mejor.

Preguntas.

-Mira, cariño. -le digo, mirnado aquellas fotos de paisajes verdes.
-¿Qué pasa?
-Me gustaría vivir ahí. -señalo el paisaje de aquella no descubierta Nueva Zelanda, ese paisaje verde de bosques espesos y llenos de aventuras.
-¿Te irías tan lejos de mí?
-Iría contigo. -no me responde. -¿Me has escuchado?
-Lo siento estoy ocupado.
-Claro. Tú siempre estás ocupado. -digo con un tono molesto que no parece detectar. -Abel, ¿algún día serás capaz de prestarme atención?
-¿Qué has dicho, nena?
-Nada, no pasa nada. -miro hacia el libro de Carolina se enamora. "Quizá nunca encontraré alguien para mí. O por lo menos que me diga lo que quiero oir."
-Nena, te quiero. -entonces se me pasa el cabreo, me encanta cuando sus labios pronuncian esas palabras. Se me pasa la molestia, se me pasa la indiferencia hasta que lo vuelves a hacer. Soy idiota porque te perdono solo con oir eso de tu voz de interlocutor de radio.

sábado, 5 de marzo de 2011

Bajón.

Otra vez miro por la ventana, me vuelvo a sentir sola como al principio, mi habitación me aprisiona. Y mirando por la ventana recuerdo el buen fin de semana que hizo hace una semana.
Cuando me trataste de princesa sin corona.
Pero vuelvo a estar sola, agarrada a los barrotes de una soledad que golpea, que destroza, que hiere y me deja K.O., seguro que no intentas hacerme sentir mal pero es que yo soy así. Necesito sentir que me proteges y que me quieres; no puedo saberlo por palabras pero sí por hechos.
Te lo juro, te quiero, que me duele el pecho pero es que me siento tan sola cuando duermes, cuando no estás hablándome por Skype. Echo de menos tus palabras.

Y es que me siento sola mirando al techo.

¿Dónde se ha metido ese tú que no paraba de hablarme? Traélo de vuelta, porfi. No volveré a darte problemas.

Aquí estoy, de bajón, como siempre que tú no estás, mirando al techo y fumándome el, que siempre digo, último pitillo.

jueves, 3 de marzo de 2011

La Última Carta.

Recibí esto en un correo que me hizo mucha ilusión por eso la copio y pego aquí, para que la gente disfrute de ella:


Porque te quiero,
y para mí ese es el sentimiento más sincero.
Porque te amo.


Tú me enseñaste que la vida es algo más que sufrimiento,
lágrimas, soledad y oscuridad.
Me enseñaste a ver el mundo con todos los sentidos.


Porque te quiero, 
y para mí ese es el sentimiento más sincero.
Porque te amo.


Porque tus ojos, de una verdad infinita,
me enseñaron lo que es el amor verdadero.
Porque tu voz, de una dulzura sin igual,
me enseñó que las palabras no solo pueden herir.
Porque tus labios, de una ternura indescriptible,
me enseñaron lo que es estar unido a una persona.
Porque tu pelo, de un olor que se acerca al del cielo,
me enseño lo que es el olor del sol.
Tus manos, que calmaban a las mías,
me enseñaron como una caricia puede aliviarlo todo.


Porque te quiero, 
y para mí ese es el sentimiento más sincero.
Porque te amo.


Por todo ello, gracias.
Gracias por 31 meses,
Gracias por 980 dias,
Gracias por 23520 horas
Gracias por pasarlas todo ellas conmigo,
Gracias por todos los sentimientos vertidos.


Gracias

Yo también te doy gracias a tí, por haberme hecho sentir plena, una persona normal, sentirme querida, sentirme tan bien contigo, por no hacer de mi infierno el tuyo sino convertir mi infierno en un paraíso para los dos.

Un sincero gracias por haberme convertido en lo que soy hoy, por haberte currado mi recuperación, por hacerme sentir importante cuando no lo era, por enseñarme que, a veces, las cosas se encuentran muy profundo, que las cosas importantes se encuentran en el interior de las personas y que vale la pena sacarlas.