Meto la cabeza en el agua y el silencio inunda mi cabeza; parece que el mundo se ha detenido.
De repente tu imagen se hace un hueco, saco al cabeza y el mundo vuelve a mí, haciendo que te vayas. Vuelvo a sumergirme y la tranquilidad que hay hasta que vuelves a flote, ¿no vas a dejarme en paz?
No paro de ordenar a mi cabeza que no te piense ni te imagine ni recuerde. Sin embargo, nadie te puede parar, ni siquiera yo misma. Por eso temo al silencio, porque hace que aparezcas y que te eche de menos.
Estar sentada en la orilla de un mar lleno de olas se me hace una tortura y tengo que bajar con los cascos escuchando música que no me recuerde a ti.
No puedo dormir, tengo unas ojeras enormes y el silencio es una tortura de dolorosas horas en las que no paro de pensar en que debería haber hecho lo que me dijiste,
No tengo ganas de volver a Madrid, no soporto la idea de que cuando vuelva no estés allí como siempre.
De repente tu imagen se hace un hueco, saco al cabeza y el mundo vuelve a mí, haciendo que te vayas. Vuelvo a sumergirme y la tranquilidad que hay hasta que vuelves a flote, ¿no vas a dejarme en paz?
No paro de ordenar a mi cabeza que no te piense ni te imagine ni recuerde. Sin embargo, nadie te puede parar, ni siquiera yo misma. Por eso temo al silencio, porque hace que aparezcas y que te eche de menos.
Estar sentada en la orilla de un mar lleno de olas se me hace una tortura y tengo que bajar con los cascos escuchando música que no me recuerde a ti.
No puedo dormir, tengo unas ojeras enormes y el silencio es una tortura de dolorosas horas en las que no paro de pensar en que debería haber hecho lo que me dijiste,
No tengo ganas de volver a Madrid, no soporto la idea de que cuando vuelva no estés allí como siempre.