jueves, 21 de julio de 2011

Pensamiento #2

Música de fondo.

Soy una sombra llena de una baja y lastimera autoestima.
Para ti nadie es perfecta, ¿verdad, mamá?
Solo esperas que tus comparaciones hagan mella en mí y mi hermana, esperas que teniendo una autoestima de mierda y envidia de las demás (como tú las tienes) harás que nosotras las tengamos. Pues lo has conseguido, yo cuando me miro en el espejo solo miro los desperfectos que no paras de resaltar; y mi hermana tiene envidia de sus amigas.
¿Sabes qué, mamá?
Que cuando dices que soy tu hija solo tengo ganas de vomitar, ganas de escupir a la gente que no eres una madre, que eres una mujer que quiere tener lo que los demás tienen.
¿Qués es lo que le decías a aquella señora que me tenía que ayudar?
¡Ah, sí!
-Mi hija ¿maltratada?
Pero es que las tortas duelen pero el dolor se calma pero un insulto se queda para siempre. Y papá nos metía una colleja, sin embargo, duele más que me llames mala hija, que digas que no ayudamos en casa. ¿Quieres unas esclavas? Yo te las compro.
Y las comparaciones, eso es lo mejor.
¿Los hijos de los demás siempre es mejor? ¿Crees que te puedo apreciar cuando me comparas con gente cuando no tiene ni pies ni cabeza?
Provocas mi vergüenza cuando pienso en que tengo una madre como tú.

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