jueves, 21 de julio de 2011

Pensamiento #5

No puedo dormir, tengo el estómago revuelto.
¿De verdad tengo un niño aquí, en mi tripa?
No paro de dar vueltas: ¿Tendré la capacidad de decírselo a su padre? No creo. Él ya es feliz con su chica ¿para qué molestar? Lo único que sé es que me lo quedaré sin dudarlo, no podría entregárselo a nadie. Él es es mi hijo y no, no lo daría porque para mí es importante. Incluso más que el amor que siento por su padre.
Si le tengo, él será la razón de vivir y no tendría miedo a nada.

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