lunes, 26 de diciembre de 2011

Capítulo 16.

Anoche hablé con Rubén y, mientras lo hacía, estuve leyendo la entrada de ayer.
Las lágrimas se abalanzaron sobre mí. Y llorando me quedé.
¿Acaso la gente puede llorar por nada que no existió?
Ese encuentro solo vivió en mis sueños, durante una noche de 6 horas. ¿Por qué lloro tan fácilmente que no ocurrió ni ocurrirá?
¿Por qué sigo llorando y esperando una promesa que no se cumplirá?
Quizá porque soy una estúpida.
Quizá porque soy una ilusa.
Porque, pese a hacerme la madura, sigo pensando en ello como una cría que esas cosas se cumplen. Pero no es verdad, nadie va a cumplir una promesa hecha a una desconocida.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Capítulo 15.

Esta noche te he soñado. He soñado que bajabas a Madrid, que venías a verme y que cumplías tu promesa.
Soñé que iba a estar contigo como tú me prometiste.
Fui a al hotel en el que te alojabas, subí a tu habitación contigo en el ascensor; te miré y sonreí.
-Kos, dirás lo que quieras pero me pareces mono. -sonreíste y te vi más guapo aún. Y no, no estaba soñando con Brad Pitt ni Matt Damon, estaba soñando contigo. Con las pocas imágenes que tengo de ti. Llegamos a tu cuarto y te tumbaste, estabas cansado del viaje en coche, Bilbao está muy lejos ¿verdad?
-Ven, peque, túmbate conmigo. .y sin más dilación, salté sobre aquella cama, me tumbé a tu lado mientras miraba tus ojos cerrarse. Te dormiste, y yo, mientras, te acariciaba, pensando en todo lo que esperaba hacer contigo.
Anoche soñé que tumbado en aquella cama de hotel, te miraba de arriba a abajo, pensaba que eras lo más simpático y mono del planeta, sin importarme tu edad. Y de pronto, en ese sueño, acercaba mis labios a tu cara y te daba un pequeño beso en la mejilla, que abrías los ojos:
-No quería despertarte, lo siento.
-No importa. -sabía que no te importaba pero aún así, seguí acariciándote. De repente, en alguna habitación puso la radio y se oyó a Bonnie Tyler cantar. Y me levanté rumbo al baño, cantando suavemente esa canción. De verdad, no quería molestarte.
Anoche soñé que mientras me duchaba en aquel baño, tú entraste y te duchaste conmigo. Y mientras compartíamos gel y champú, me besaste. Tenías los labios suaves y me volví adicta a ellos. Y mientras te aclaraba el agua, te volví a besar, un beso largo y con pasión. Entonces, en volandas, me tumbaste sobre la cama y seguimos aquel juego sexual que nunca antes había deseado tanto.
Anoche soñé que conseguía hacerte mío, y que llevaba esos tacones tanto te gustan y ese vestido a un restaurante y que me mirabas de esa forma tan peculiar tuya. Y cuando salimos de ese restaurante me murmuraste en el oído:
-Estás preciosa. -yo enrojecí. -Y así lo estás más.
Sonreí, en aquel sueño, sonreí porque sabía que en ese sueño eras mío.
Y no paro de pensar, ahora que estoy despierta, que ojalá pasara todo eso, que consiguiera enamorarte como lo conseguí en el sueño. Pienso tantas cosas sobre ti y sobre mí, que alguna me sorprendo pensando en esas conversaciones por MSN. Donde ya no te veo, ni en el Aion ni en el Skype. Te echo de menos, Grandullón, vuelve a mí.

Capítulo 14.

Entré en mi vida de Internet. MSN, Skype, Facebook y twitter.
Y en Skype rezaba el buenas noche de Rubén:
"cariño
quiero que sepas que va a ser el mejor fin de año de mi vida
contigo a mi lado
y que sepas que no voy solo por un polvo
sino que quiero compartir mi vida contigo
te quiero cielo
y eso no va a cambiar
solo espero poder demostrartelo en tan poco tiempo
tengo miedo de no gustarte y cuando me vuelva lo pases mal o te olvides de mi
pero merece la pena arriesgar
por alguien tan especial como tú
te quiero mi vida
buenas noches
un besazo".
La verdad es que no me acordaba de lo poco que habíamos hablado ayer.

Recuerdo la mañana anterior, saliendo de casa a las 10:45-11:00 para hacerme los análisis que me había pedido mi ginecóloga, yendo hasta Velázquez. Paseando con una prenda de manga larga y fina, un jersey de cuello vuelto de color blanco y suave, mis tacones grises que me había comprado en un arrebato en el Merkal de Torrevieja. No eran muy incómodos pero solo había ido un par de veces con ellos u otros tacones. Recuerda aquellas sandalias que se compró en Marypaz para ir a la graduación, eran preciosas y cómodas; para después le había pedido a mi madre que me comprase unas cuñas con el mismo estampado, en leopardo blanco. Luego aquellas botas tan altas y preciosas que me ponía para hacer saber a Isma que deseaba que me montase.
Por la tarde, me llamó Karla para quedar, hoy iría por haber faltado unos días antes. Quedamos y nos fuimos al Plaza Norte, paseamos por las miles de tiendas. Fuimos a saludar a las antiguas compañeras de trabajo de Karla. Patricia estaba atendiendo como podía a la clientela mientras nos contaba las novedades del trabajo y de las chicas que conocíamos.
Después paseamos por todo el Plaza, acabando en el McDonalds, ella tomando unas tortitas con Nesquick y yo un Sundae. Más calorías para mi cuerpo que no las necesitaba, pero ella sí. Yo siempre flipo cómo una mujer tan delgada puede zamparse tal cantidad de comida y seguir así. Seguimos andando y buscaba la tienda que me habló Almudena, la amiga de mi hermana, llamada Deni y que tenían los pendientes de coco que siempre andaba buscando.
La encontramos y encontré mis pendientes ansiados.
-¡Sólo tres euros! -comenté a Karla.
-Después de esto nos vamos a mi casa, ¿vale?
-Claro. -los compré y salimos a coger el autobús. Estuvimos esperando el 156 como unos diez minutos.
Llegamos a su casa y nos tiramos en la cama. De pronto, pensé en la posibilidad de que Pepo y ella hubieron tenido relaciones en aquella cama.
-No lo habréis hecho aquí, ¿verdad?
-Sí pero he cambiado las sábanas esta mañana. -suspiré tranquila. Desde la noche que me tocó dormir en la misma habitación que ellos y se pusieron a hacerlo, tenía miedo a todo lo que tenía que ver con Pepo, Karla y una cama.
Nos pusimos con la cena a eso de las 23:00-23:14. Con la excusa de Karla de que ella solía cenar con Pepo ¡a las dos de la madrugada! Yo no podía cenar a las 2 de la mañana. Mis padres me matarían por no avisar.
-Hacemos la cena para mí. -comenté. -Y luego haces la tuya y de Pepo.
-¿Cómo puedes tener hambre?
-Porque suelo cenar a horas decentes.
Durante la cena, hablamos de todo. De tantas cosas que muchas se arremolinan en mi memoria y se revuelven y mezclan. Salí de su casa para llegar a las 00:02 a la mía.
Llegué y mi abuela estaba viendo a Sobera en Atrapa un Millón. Con un padre y una niña, su hija imagino, que estaban dudando entre Flan o Tocino de cielo. "¿Cómo se puede ser tan tonto?" Después de oír a la niña hablar: "¿Cómo pueden existir niñas tan repelentes?"
Mi padre estaba en el portátil, mirando su correo y la poca vida en la red que poseía.
Mi hermana se ocupa de su Facebook.
-Ahora te dejo.
-Sin problemas. -con el único que tenía que hablar era con Rubén. Y cuando se quitó, eso hice...

En la vida en red que tengo, veía un montón de mensajes de: ¡Feliz Navidad!
Yo no odio la Navidad, solo la detesto. Detesto que mi madre, como siempre, me diga que me tengo que vestir para sentarme a cenar lo de casi todos los años, gambones a la plancha con sal; pero hoy, como novedad, teníamos una especie de pastel vegetal.
Cuando nos sentamos a cenar, estuvimos viendo el especial de Sergio Dalma.
-¡Feliz Nochebuena!
Eso decían todos los canales que mis padres ponían. Mi hermana, Celia, y yo nos entreteníamos pinchándonos un poco para no estar tan aburridas, pero cada vez que hacíamos algo mi madre nos criticaba o chillaba.
 Así que decidí irme a mi habitación y seguir jugando al Resident Evil 4 y aunque no iba muy bien situada en ese momento, era para apartar mis nervios a la que iba a pasar en Nochevieja.
Estaba nerviosa por ver de una vez a Rubén. ¿Qué pasaría en Nochevieja?

lunes, 19 de diciembre de 2011

Delgadez.

Quisiera mil veces ser más delgada.
Tener ese tipo de cuerpos que todo el mundo mira y fotografía en su mente, Me gustaría llevar una 36 o una 38, poder ponerme esa ropa que tanto me gusta llevar, los corsés, las minifaldas, los ligueros... Todo aquello que siempre quise llevar. Quisiera llevar mis pantalones anchos con mi ropa interior cantosa y que la gente no girase la cara, si no que se fijase.
Me gustaría tener un cuerpo que la gente envidiase, sin que costase demasiado por ejemplo, unas horas en el gimnasio. No tener que mirarme en el espejo y que se me cayesen todos los piropos al suelo, rompiéndose en mil pedazos. Tampoco quiero una delgadez extrema. Solo quiero ser normal.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Capítulo 13.

Hoy vuelve a sentirse usada por otro hombre.
Un hombre que la dice que no la usa.
"¡Mentira!" explota su mente. Parece que nunca aprende la lección, si Charlie la llama no es para hablar y ya está pero siempre cae en la misma trampa. ¡Siempre! Parece tonta. Siempre el mismo método. Sí, es tonta; siempre llevándose arrastrar por sus palabras zalameras, meterse en su coche y dejarse llevar a cualquier lado.
Solo es una chica fácil. Una chica fácil que todos se quieren follar pero que nadie se quiere enamorar. Y con nada nuevo tío que aparece, nueva decepción.
Ni siquiera Isma se corta para esconder las verdaderas intenciones.
Ella es la muñeca sin corazón que todos usan, descargan y abandonan; sabe que nadie más la mirará a la cara; se siente humillada, confundida e idiota. Con cada nueva conquista se siente más manipulable, más estúpida y más fácil, más vacía, más tonta por creer en cuentos de hadas.
Con cada chico que la ha llevado a ese huerto, más abandonada e inútil se siente; más miserable.
No tiene amigos de verdad, amigas con las que hablar pero no para desahogarse y decir que ella quiere emborracharse, que le dé un fallo hepático e irse al otro barrio, porque así no estará hasta el cuello de problemas y malestar.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Sentimientos Malos que se convierten.

Siente celos.
¿Por qué todo lo bueno solo le pasa a los demás?
Su mejor amiga ha encontrado novio.
Motivos de celos número 1.
Un chico ha conseguido una ganga.
Motivos de envidia número 2.
Ve como los demás se lo pasan de puta madre por Madrid, cuando ella no puede.
Motivos de desprecio número 3.
Los odia, se sienta a mirar por la ventana y odia a cada uno de esos pequeños cabrones que tienen suerte y ella no la tiene. Quiere odiarles y lo hará.

Capítulo 12.

Hoy, ha dormido hasta tarde.
Rubén la ha llamado a las 10.
Hablan de banalidades.

Come carne con patatas cocidas. Una comida que su madre no sabe hacer muy bien.
Corre a la academia de inglés, no llega tarde, ni pronto, llega a la hora. Se sienta en su lugar e intenta que Corinne, su profesora, no la pique demasiado. La verdad es que incluso, cuando ella no se enfada ni le recrimina ciertas cosas, puede que la profesora sea afable.

Después, repasa un poco lo estudiado en clase. Pero la hora se le hace corta... Solo le da tiempo para repasar el romanticismo.
"Por favor, que Pablo pregunte el Romanticismo." piensa Lara. Pablo es el profesor de Lengua Catellana y Literatura del Bachillerato Nocturno del Giner de los Ríos.
Pero sus pensamientos no son oídos, toca el Realismo y sus autores.
-Joder. -susurra cuando Pablo entrega los exámenes. -Y eso que ha dicho Clara que entraría el Romanticismo. ¡Qué putada! Encima todo lo demás sé poco. -antes del examen ha estado hablando con Clara, una de las compañeras de Lara en el curso. Han estado intercambiando información, Lara le decía lo que entraba en Inglés y Clara lo que le habían dicho que entraba para el de Lengua.
El caso es que en algunas preguntas se enrolla y piensa en lo que ha dado en clase, lo poco que ha ido.
-El próximo trimestre vendré siempre. -susurra y promete entre dientes.
Termina el examen y ha quedado con Isma en Callao. Son las 19:35, coge el autobús C11 de Alcobendas, y se sienta a leer mientras espera que llegue a la parada de Valdelasfuentes de Renfe. Y el tren no llega, mira la hora y son las 20:30, e Isma la espera en Callao, cagándose en ella lo más probable.
Llega el transporte y ella suspira aliviada.
Un cuarto de hora más tarde está en Sol, subiendo corriendo a Callao. Llamando desesperadamente a Isma, e incluso le manda un mensaje. Pero llega a Callao y allí no hay nadie esperándola y refunfuña, llora y da patadas al aire para desfogar la decepción y la furia.
-Al final, le daré el puto dinero y que se compre lo que él quiera. -grita y todos los paseantes la miran. -Pero ya que he traído dinero, voy a la FNAC y me autoregalo un libro.
¡Qué mujer! ¡Siempre se está regalando libros! Hace 4 meses se compró Agua Para Elefantes, hace un mes One Day y Naked, ahora otro libro más. Sube a la cuarta planta y los recuerdos llenan su cabeza.

Adolfo, vestido de forma normal y ella con los pantalones anchos y la camiseta naranja; entonces no tenía el pelo rojo. Ella le había buscado por toda la sección librera de la 3ª planta. Hasta que él la llamó:
-¿Dónde estás tardona?
-En el piso de librería, ¿dónde estás tú?
-En el ÚLTIMO piso de librería. -ella subió corriendo por las escaleras mecánicas. No vio a Adolfo pero él sí la mirada a ella. Se acerco a ella hasta que: -Sé que estás detrás. -dice sonriente y él se siente un poco engañado por su falsa indiferencia.

Luego más recuerdos. Un beso robado en plena plaza de Sol, ella volviéndole a besar. Una amor que parecía bonito y no fue nada más que una estrella fugaz que se estrelló contra la realidad.

Encuentra un libro para ella: El diablo viste de Prada, uno para su madre: Señoras y criadas y para Isma:  Zombi, guía de supervivencia.
-Bueno, ya tengo uno. -aunque se enfada de que Isma la haya vuelto a dejar plantada.
Vuelve a Sol, no quiero coger ningún sub-urbano, quiere ver Madrid pero son las 21:52, está en Madrid y debería estar en casa. Recorre toda la calle hasta que da con un autobús que la deja en Recoletos, mientras mira por los ventanales, se sorprende pensando en Rubén.
"Quisiera que estuvieras aquí. Que me acompañases y vieses todas las calles y edificios de Madrid, enseñarte esas fachadas, quizá, victorianas; aquella mujer ángel de Metropoli, que vieses lo bonitas que están las calles con los adornos navideños. Sin embargo, no estás aquí, ni lo estarás.
Quisiera hacer el amor en una habitación de hotel, mientras fuera se ven las luces. Poder recorrer contigo aquellas calles que tanto me gustan, como hacen todos los enamorados que viven en Madrid."
Llega a Plaza de Castilla, donde sale del autobús número 27 y va en busca del 153.
-¡Joeeeeeeeeee! -exclama cabreada. -¡Hasta las 22:50 no llega el 153 y yo sin llaves de casa!
Sube un piso y se mete en el metro y empieza a devorar El diablo viste de Prada el cual, no se parece casi en nada a la película. Sale del Metro en Manuel de Falla y va lo más rápido que puede andar hasta casa.
-Ahora podría llamarme Rubén. ¡Jolines! -echa tanto de menos su voz que se sorprende a sí misma diciendo esas cosas. ¿Acaso se estará enamorando de él?

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Capítulo 11.

Hoy se ha levantado tarde, sonriendo.
Y es que Rubén le ha dicho muchas cosas por el pequeño jugueteo y voz calenturienta.
"cari
esta noche me has dejado loco
menudo derroche de erotismo, sensualidad
eres impresionante
nunca con nadie por cam me había hecho esto tres veces seguidas como hoy
eres increíble
 por otra parte me alegro que tú también hayas disfrutado
yo cerraba lo ojos y te imaginaba
ha sido impresionante
y espero volver a repetirlo y a ser posible que se haga realidad muchas de las cosas que hemos imaginado hoy
te quiero mi lunita y descansa
un beso de tu lunero"
Claro.
Ella es la reina de bastos.
La que nada la frena.
Ella es, de vez en cuando, una ninfómana; solo durante unos días, luego ya vuelve a ser normal. Se levanta sonriente y con sueño.
No se viste. Se mete directamente al Aion y coge todo aquello que necesitan de ella.

Rubén la llama al poco tiempo y ella le sale la vena mala. Y le pica, le habla con voz sensual y emite pequeños gemidos, le oye a él jadear y ponerse.
Luego sigue a lo suyo.

Por la tarde queda con una de sus mejores amigas, Rachel.
La verdad es que quería hablar con ella.
Compartir cosas.
-¿Sabes? Últimamente mis padres -dice ella sin aplacar sus intenciones. -tienen más vida social que yo. Mi madre siempre me dice que si no tengo nadie con quien salir. Yo siempre le respondo que no tengo amigas.
-¿Y Mari y yo qué somos? -responde su amiga un poco herida.
-No me refiero a eso. -contesta ella sin perder la compostura. -Me refiero a que ya no salgo casi nada de casa. Tú y Mari tenéis vuestros chicos y os movéis por los círculos de ellos... Yo me quedo sola sin nadie con quien salir.
-¿Y Karla?
-Otra que está fuera de combate. -dice Lara resignada. -Otra vez a vuelto con Pepo y es horroroso. Me empiezo a plantear que no debería haber dejado a Isma.
Las dos se quedan calladas. Quizá las dos piensan lo mismo, que fue demasiado lanzada para tirarse a los brazos de otro.
-¿Y qué tal con él? -rompe el silencio Lara.
-Bien. Aunque faltos de sexo. -sonríe.
-¿Sabes? Dice Rubén que quiere venir a Madrid.
-¿Cuándo?
-En Navidades si puede.
-Entonces estarás feliz ¿no?
-Pues... -duda un momento. -creo que debería estarlo pero no dejo de pensar en que no es lo mismo para él que para mí.
-¿Qué os pasa? -dice Rachel mientras miran peluches en el Disney Store.
-Es que... él siempre está diciendo que está enamorado de mí y que soy la mujer de su vida. Y a mí me gusta pero no creo que nunca sienta eso por él. Porque ¿y si todo fuera mal? ¿Qué cara debería ponerle yo?
-Ninguna. Él se arriesga a perder o ganar todo.
Después charlan sobre cosas banales.
Miran tiendas, como dos amigas normales. Van al Arroyo de la Vega. Miran y requetemiran las tiendas de maquillaje.
-Debería empezar a hacerme el kit completo.
-Sí. Lo necesitarás para currar.
Miran, buscan y rebuscan; Rachel se coge una raya de 2€ y Lara se gasta en mil cosas 11€. Dentro de lo que cabe, siguen coincidiendo en muchas cosas.
-Pues a ver cuando os veo a ti y a Nico.
-A Nico...
-¿Qué? -dice Lara arqueando una ceja.
-No es que le caigas muy bien.
-¡¿Qué?! Si fui yo quien sugerí que volvierais. -se siente traicionada.
-Ya. Pero fuiste tú quien estuvo preocupándose y sofocándole.
-Claro. -dice Lara al defensiva. -Le veía muy mal y solo quería que volvieseis. Ojalá le atropellen con un kart.
-¡Oye!
«¿Dónde se dice que la amistad vale más que el amor? Porque esta chica no lo ha leído.» piensa Lara dentro de sí. Está furiosa.
Deja a Rachel en la parada del autobús y baja andando hasta el Giner. Y mientras hace un monologo externo:
-Debería cambiar. -empieza. -Ya no solo adelgazar lo que me sobra si no ser más... como Rachel. Soy basta, burra y malhablada. ¿Qué chico se fijaría en alguien como yo? No soy guapa, no tengo un cuerpo 10... Debería cambiar, pero cambiar como soy me costará meses y no es tan fácil. Es algo que me dejó Isma y que no quiero perder. -Quizá debería comprar ropa nueva y cambiar de look, volverse más como todo el mundo espera que ella sea. -Empezar a llevar tacones, a vestir ajustado, dejar de teñirme el pelo de rojo y dejar de llevar camisetas heavies. Cambiar mi músic... Ni de broma cambio mi música. Ella es la que me hace sentir yo.
A ella le gustaría ser como esas chicas delgadas con chicha, que se pueden el permitir el lujo de ir con camisetas con las que ella debe soñar. Marcar su propio estilo.

Entonces le da un toque a Rubén y él la llama:
-¿Qué pasa cari?
-Nada. Que tenía ganas de oírte, solo eso.

Ahora una pregunta para los Ilusionados.
¿Creéis que debería cambiar?

martes, 13 de diciembre de 2011

Capitulo 10.

Hoy no es un día bueno.
Ni malo.
Es un día normal.

Ella se levanta pronto, sobre las 9 o así. Piensa en que le toca hoy. Mira el reloj y piensa que le quedan un par de horas de no hacer nada. Y le pica la lujuria y el encanto de su sueño erótico.
Se tumba en la cama tras haber bajado sus braguitas de la noche anterior, busca en Redtube su vídeo favorito de lesbianas y el calor sube, la entrepierna se moja.
Ella, después de masajear sus pezones, baja una mano hacia su entrepierna mojada; coge un poco de los fluidos y los utiliza para su clítoris. Y, al ritmo que aquella pareja erótica, ella se moja cada vez más, gime cada vez más, sube un poco el tono; hasta que se siente explotar con el sale un gemido alto y potente.

Cuando se ha relajado lo suficiente, se levanta y se mete en la ducha. Jabona su cuerpo bajo el grifo de la ducha, pone champú en su mano y masajea su cuero cabelludo. Y de su pelo rojo, emanan pequeños hilos de agua roja. El tinte va cayendo por el desagüe. Quisiera que su color rojo perdurase para siempre.
Cuando sale de la ducha, se pone al ordenador. Tiene ganas de picar a Rubén pero recuerda que está en clase...  "Mierda." maldice en su fuero interno.
Cuando se termina de vestir, viene su padre.
Desde la entrada corre hacia el baño de su habitación.
Ella sigue a lo suyo atenta a la hora, y rayándose porque cree que hoy es el día del examen de Redes.

Sube al autobús y se da cuenta de que no ha llevado los cascos. Maldice la estampa de los cascos.
De pronto se acuerda, Rubén la llamaría así que no lo pasaría tan aburrido. La llama y charlan, hasta que llega a clase.
-Chicos, chicos. Voy a decir los grupos y la gente que puede ir al examen.
Lara no puede ir. No ha dado la media suficiente en los ejercicios de clase.
"¡Qué buen pleno si tampoco puedo ir al de Seguridad!" piensa, no muy contenta.

Cuando sale de clase, llega a casa. Cansada del módulo. Siente volver a caer bajo la mirada de decepción que pondría su madre y la bronca de su padre al ser repitiendo. Menos mal que por lo menos se podría concentrar en los del Bachiller y sacarlos todos con una nota más o menos buena.

Por la tarde entra al Aion y un pequeño roce con Ori.
"¡¡Qué ganas de tirar a la legión a la mierda!!"
Encima había quedado con Isma para una sesión desestresante pero con la tontería, se le ha quitado las ganas.
-Venga, que te voy a hacer lo que nadie te ha hecho.
-Isma, de verdad que no tengo ganas. -responde ella. -Te prometo otra sesión en otro momento.
-¿Qué ha pasado?
Le cuenta los roces de la legión del Aion.
-Bueno, tranquila, pronto estaré yo para protegerte. -sonríen. Cuando está con Isma siente paz, no se siente metida en el mar de dudas en el que está siempre.
Y se acuerda de lo que tiene pendiente en las torres Quio.
-Espera un momento que voy a hacer una cosa.
-De acuerdo. -pero no se está quieto, quiere ver que escribe. -¿Quién es Madrid?
-¡Qué gracioso eres! -dice ella sarcásticamente.
Y es que ella, ama Madrid. Quizá, por ello, no pueda amar a un chico.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Capítulo 9.

-Hace 88 años que nací, y ¡miradme! Estoy hecha una chavala.
La abuela de Lara se sentía dichosa por estar cumpliendo su octogésimoctavo cumpleaños con sus dos hijos, la madre de Lara, Maribel; y su tío, Fali, sus nietos:
Cristina. Chica alta y delgada, de pelo negro y largo, ojos grandes y negros, nariz estilo Julio César, heredada de su abuelo paterno, boca carnosa y cuidada. Es una de las primas de Lara, una de las más jóvenes, de 27 años. Estudia la carrera de Medicina y se graduará este año, Lara no sabe en que rama lo hará pero podría ser en cirujana estética para quitarle todo aquello que no la gusta de ella. Y a Celia le encanta que su prima fuese azafata de vuelo.
Miguel Ángel. Es el único primo de Lara. Se llevan nueve meses (ella es del 4 de Julio de 1991 y él es del 17 de Abril de 1992) y han pasado prácticamente toda su infancia y juventud juntos. Tienen mil trastadas juntos, miles de recuerdos... Es alto (más que su hermana), delgado (demasiado delgado), de pelo corto y castaño oscuro, ojos grandes y negros (como su hermana) escondidos tras unas gafas de montura al aire.
Celia. La hermana de Lara. Con el pelo a media melena, ondulado y negro, un poco más alta que Lara, de ojos grandes y negros, con pestañas enormes y nariz como la de sus primos, estilo César. labios finos pero hidratados, es delgada aunque ella se empeña en que está gorda (no lo está). Tiene 15 años.
Lara. Protagonista de estas crónicas. Tiene 20 años. De estatura media, gordita, ojos verdes azulados con toques grisáceos de noche, nariz recta y bonita, boca con el labio de abajo carnoso mientras que el de arriba es fino, lleva el pelo cortado como Hayley y con de color rojo pasión.

Y de comer, hay arroz con bogavante preparado por su tía Emi. Y ríen y bromas, y conoce a Mila, la novia de su primo.
-Ya tenía ganas de conocerte.
-¿Y eso? -dice ella sorprendida y halagada. -Seguro que Miguel ha hablado mal de mí.
-Todo lo contrario. Me ha contado todas las trastadas que hacíais juntos. -se sonríen. La verdad es que le parece simpática, bastante amable y mona. Y las risas, los comentarios... todo se sucede.
-Vamos a dar una vuelta. -dice Mila.
-Vale. -dice él. -¿Te vienes Lara?
-¿A dónde?
-Vamos a Naval, así dejamos a Casas. -comenta él. Casas es el novio formal de Cristina.
-Vale. Voy. -dice ella contenta.
-Entonces, -dice su prima. -llevaros también a Celia. Se va a aburrir ella sola aquí.
-¿Te quieres venir? -dice Mila.
-Es que... no sé...
-Vamos, Celia, que no vamos al fin del mundo. -dice Lara.

Toda la tarde en el R-5 de su primo, dando vueltas y vueltas. Riendo, bromeando, fumando, intercambiando observaciones... Ha pasado de todo.
Ha tenido una de las primeras prácticas en coche. Teniendo 20 años, la da vergüenza que su primo menor le de clases, pero aún así lo pasa bien. Tiene arrancones, acelerones y caladas.

Vuelven al chalet de sus tíos sobre las 20:34. Se sientan en el sillón, miran Dos hombres y medio, American Dad y Los Simpson.
-Tú. -dice su madre a su padre. -Son las casi las diez. ¡Vámonos!
Pero, como siempre, antes de una despedida hay bronca. Bronca entre los padres de ella, montan el numerito. No sabe si es por el alcohol ingerido, el rencor del uno hacia el otro... Puede que nunca lo sepa.
Lara tiene ganas de irse, todos le preguntan por su mala cara. «¿Acaso nadie se da cuenta de nada? Mis padres no solo son así fuera de casa, también lo son dentro.»
Está harta de oírles discutir.
En el coche, todo es silencioso, solo la radio y ella susurrando las canciones.
Se siente mal. Y en una canción, se siente invadida por su sentimiento de no ser importante para nadie.
"-Ya tenía ganas de conocerte."
"-Miguel siempre habla mucho de ti."
Las palabras de Mila resuenan por su cabeza.
 "A ver, hemos estado juntos casi desde que nacimos." Recuerda la foto de cuando tenían pocos años, salen vestidos de chulapos y dándose un beso. Y recuerda aquellas palabras de su primo:
-Yo quiero que seas mi mujer. -pero entonces eran demasiado pequeños para comprometerse a nada. Quiere a su primo como si se tratase de su hermano. Lo han pasado de todo juntos, desde risas y travesuras a pelis porno y broncas.
Ellos y su complicidad.
Ellos y su pequeña fraternidad, que cada vez se hace más débil.

Luego recuerda a Kos, sus conversaciones, sus tonterías... Últimamente, él no sale de su cabeza. No paran de dar vueltas las conversaciones, los sms.
También recuerda que Rubén pronto bajará a Madrid con Jose.
 "Debería prepararles algo gordo." de pronto ve pancartas de tela y pintadas en contra de los recortes de Sanidad y Educación.  "Podría colgar carteles en los puentes de la A-6." Algo espectacular y poco visto. Se sonríe para sí misma. Debería no hacerlo o quizá sí. Pero lo piensa y probablemente lo haga.

Llegan a casa, un tercero en Alcobendas.
-¡Joder! -dice su hermana mientras sus padres no están cerca de ellas. -¿Por qué siempre tiene que haber numeritos fuera de casa?
-Quizá, un día, se divorcien.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Capítulo 8.

Y Rubén se afana en que será feliz con ella.
-Me gustan más las chicas bohemias.
Pero Lara no es solo bohemia, no es solo creativa y filósofa, no es solo una persona que piensa que el mundo no debería regirse por el dinero o disfruta de las cosas pequeñas, ella es bipolar. Que ahora quiere eso, que ahora no lo quiere, que está de mal humor y, de pronto, sonríe. Además, de poliamorosa, le gusta él, le gusta Diens, le gusta Pablo, le gusta el otro Pablo... En realidad si pudiera elegir se quedaría con Diens.
"¿Por qué me gusta tanto Diens cuando no nos parecemos en nada? Nos pasamos el tiempo regañando y metiéndonos entre nosotros." piensa pero sabe perfectamente porque es, Diens le gusta porque es abierto, simpático, guapo (ya se la había comentado la amiga de su hermana, Almu) y tiene unos ojos espectaculares. Quizá porque es el tipo de chico que siempre le ha gustado.
Pero él no se fijará en ella, ella solo es cantosa. No es guapa, no es espectacular, no es Mery.

La verdad, ¿qué podría hacer? Él ya no habla con ella como antes. Ya no hablan con confianza.
Quizá lo han perdido todo, ojalá aquel día no hubiera aparecido ella, ojalá que se hubieran conocido porque, ella sigue pensando que él es majo, que le gustaría conocerle y ser colegas. ¿Qué más da que no haya nada más?

Se sienta delante del ordenador y no espera nada.
Piensa en el Ice Chocolate que se ha tomado esta mañana, en el dependiente guapo y de ojos claros; alto y rubio que también se llama Rubén.
Quisiera poder dar el primer paso, hacer de su ticket, una nota llena de cosas bonitas. Y mientras le mira ir de aquí para allí suena Eros Ramazzotti, y sueña con ese tipo de cosas. Y piensa en que le gustaría ver los ojos de Diens tan de cerca como los de aquel dependiente.
Y piensa en las fotos de Diens. En esos ojos azul-verdosos que muestran todas las fotos. ¿Cómo puede perderse en los ojos de una foto?

Capítulo 7.

Hoy es un día de locos.
Es la semana de los días salteados.
Hoy se ha levantado pronto, cuando ha sonado su alarma a las 10. Le ha costado levantarse porque tenía un sueño precioso.
Desayuna y se lava los dientes; tiene que estar presentable para Pablo, el de los ojos gris luna.
Pero cuando llega al dentista no está, se entristece un poco pero allí está Rosa para hacerla sonreír.
-Odio el invierno. -dice la joven.
-Yo también. -dice Lara. -Ojalá siempre fuese verano. ¿No mudamos a la playa?
-Ojalá pero me gusta demasiado Madrid. -dice la recepcionista pizpireta.
"Otra que adora Madrid, como yo." piensa. A Lara le encanta Madrid, no sabe por qué. Quizá porque no conoce otras ciudades, quizá porque casi no ha salido de Madrid. Pero Madrid es su ciudad preferida, le gustaría nunca dejarla; poder tener trabajo allí, enseñar la magia que tiene Madrid.
Madrid es la ciudad favorita de Lara porque tiene zonas verdes enormes y un montón de bosques; también hay una ciudad con glamour con sus esculturas romanas, sus miles de siglos esperando en cada rincón y el arte, el arte que se respira en cada calle. Los miles de museos que están en cada rincón de cualquier calle.
El dentista tarda más de lo debido.
-No me va a dar tiempo para ir a pagar el First. -murmura. Y así es, cuando termina, es casi hora de irse a clase.

Coge el autobús, pensando en lo que le dijo a Rubén.
Y ella es bohemia, demasiado soñadora. Piensa vivir en un ático de parquet y paredes forradas de papel. Y su amor sería con alguien con el que sentarse en aquella casa bohemia, besarle y cantarle canciones mientras aprende a tocar la guitarra; dar pequeños conciertos encima del colchón mientras quién está con ella sonríe. Le encantaría vivir de lo que escriba. Claro, ella tiene 20 años.

Y Rubén es de esos chicos prácticos que buscan una casa con jardín, una mujer que le haga reír, que le haga la comida y le sonría en todo momento; alguien con el que vivir sea simple, que tenga un trabajo  menos bohemio, que quiera tener hijos ya. Él tiene 28, es normal que quiera algo más a largo plazo que ella.

Entonces piensa en lo que le dijo Patry.
-Busca un lugar en el que haya gente con la que te vayas a llevar bien y ¡lánzate!
Ella quiere ir a la universidad, tener amigos de allí, que tenga unos objetivos como los ella. Quiere divertirse fuera, quiere salir del cascarón que es su casa.
Y él querría alguien con el que estar siempre, con el que compartir cosas. Y él no tendría colegas en Madrid, se quedaría solo en casa mientras ella está de marcha con los demás.
Y Lara cada vez le menos posibilidades a cumplir lo que ha prometido.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Capítulo 6.

Lara se levanta, ayer se acostó muy pronto y Rubén, como siempre, le deja esas despedidas que tanto le gusta encontrarse por la mañana:
[2/dic/2011 1:41]
"weno cari
que descanses
me voy yo tambien a dormir
que sepas que te quiero y mme gustaria compartir mi vida contigo
y que nos hicieramos felices mutuamente
un besito
te quiero cielo"

Se viste pronto pero no le da tiempo a desayunar, solo a preparar un cacao. Mientras se lo toma piensa en todo lo que ha ocurrido en dos días.
El miércoles se había teñido de pelirroja, metiéndole prisa a su madre porque al día siguiente había quedado con Pablo. Y su madre la metió prisa ella para llegar a clase, a unas clases de bachiller nocturno a las que no llegó. Directamente se fue a ver a Karla, a saber de ella y de su vida. Total, son amigas ¿no?
Karla la abrió la puerta en pijama. Con su cuerpo delgado y ágil, de 1'70 de estatura, vestido con el pijama; la cara de Karla sonrió y la invitó a pasar. Karla no es extremadamente guapa, tiene los ojos normales y negros, un pelo a capas y oscuro, la nariz no es grande ni pequeña sino con un puente aguileño; pero los labios de Karla esla envidia de todos, jugosos, rosas... Bastante besables. 
Se hicieron las mil y una confidencias que se hacen las amigas cuando se apoyan y están en intimidad. Tras mucho tiempo hablando, apareció la compañera de curro y de piso de Karla, Naerovi.
Naerovi es rubia platino, de bote por supuesto, con el pelo formándole tirabuzones; piel clara, ojos claros sin un color definido, nariz angulosa y boca de labios finos pero golosos. También de cuerpo delgado con turgentes pechos y caderas anchas.
Al entrar por la puerta y verla allí, el carácter de Naerovi cambió casi drásticamente. Lara se sentía un poco incómoda. Cuando Nae se fue a dormir a la habitación, Karla empezó a contarle cosas bastante raras.

El jueves estaba nerviosa, quedaría con Pablo y eso era una ocasión especial y, por lo tanto, requería un peinado digno de ello. La noche anterior, después de contarle a Karla todas las novedades, le contó que al día siguiente había quedado con Pablo.
-¡Pues, venga! ¡¿A qué esperas?! -dijo eufórica. -Vamos al baño y te aliso el pelo.
A Lara le encanta que su amiga tocase su pelo, lo moldease y la maquille. Siempre acaba preciosa cuando deja a su amiga que la maquee.
Entonces, de vuelta a casa en el autobús, piensa en Kos.
«Quizá las cosas hubieran sido distintas si hubiéramos seguido en contacto.» Lara le hubiera encantado seguir en contacto con él, pero Kos no se había esforzado por conseguirlo. Ella le mandaba sms y le escribía cosas. Pero, desde que había vuelto al curro, sentía que Kos la había abandonado. Y ahora con lo de Rubén, pensaba que nunca más volvería a verle, a parte de en el juego.
Entonces se centró en Pablo, esperaba, por lo menos, caerle bien.
Después de inglés, donde tuvo que abandonar a Luis, subió corriendo a ducharse y prepararse, ella le pidió una hora y él le dijo que no podía. Así que, lo de quedar, quedó en nada. La verdad es que a ella no le importaba, quizá tenía razón y el Destino había decidido que no se encontraran nunca.

Hoy viernes, las clases se le hacen pesadas y bochornosas. Piensa en el examen que le espera a quinta hora.
"Ya estoy vieja para exámenes." y solo acaban de comenzar.
Recuerda que se ha olvidado la pastilla del mediodía en casa. Decide ir a por ella a su casa, pensaba que 1 y 20 minutos le daría tiempo, pero, como siempre le ocurre, el transporte se niega a coincidir con ella.
Llega media hora tarde al examen. Entra en clase corriendo y da una excusa sobre su abuela.
Jose le da su examen y ella lo termina incluso pronto. Jose se queda petrificado y sorprendido de la rapidez de hacer su examen.
Luego, cuando termina, se va a casa de su abuela a comer. Arroz caldoso con conejo. Comida de abuela.
Ha intentado que Isma vaya, pero el curro es el que manda, así que Isma no puede ir.
-Le he dicho a Isma que viniera pero me ha dicho que no porque tenía mucho trabajo.
-Oh, vaya. -al aparecer, mi abuela contaba con él para comer. -Bueno, que se venga un festivo y le hago un banquete para su cumple.
Mi abuela se ha acordado del cumple de Isma y eso hace darme cuenta que no he comprado nada para su cumple. No ha podido escaquearse conmigo una tarde para comprarle sus libros.
«No sé. Quizá en uno de los festivos pueda decirle de mirar. Pero las tiendas no abren.» tendrá que obligarle a quedar este sábado.
La tarde es tranquila, intentando dormir la siesta, escuchando a su abuela contarla cosas... Debería empezar con la biografía de su abuela, se la prometió cuando estuvo en Semana Santa.
-Abuela.
-¿Qué?
-¿Cuándo quieres que empiece?
-¿Con qué? -su abuela se voltea curiosa y sorprendida.
-Con lo de tu biografía.
-El día en que traigas papel y boli. -sonríe. Lara mira a su abuela y piensa que ella no estará siempre en esa mecedora para contarle las historias que tanto la fascinan.