jueves, 8 de diciembre de 2011

Capítulo 9.

-Hace 88 años que nací, y ¡miradme! Estoy hecha una chavala.
La abuela de Lara se sentía dichosa por estar cumpliendo su octogésimoctavo cumpleaños con sus dos hijos, la madre de Lara, Maribel; y su tío, Fali, sus nietos:
Cristina. Chica alta y delgada, de pelo negro y largo, ojos grandes y negros, nariz estilo Julio César, heredada de su abuelo paterno, boca carnosa y cuidada. Es una de las primas de Lara, una de las más jóvenes, de 27 años. Estudia la carrera de Medicina y se graduará este año, Lara no sabe en que rama lo hará pero podría ser en cirujana estética para quitarle todo aquello que no la gusta de ella. Y a Celia le encanta que su prima fuese azafata de vuelo.
Miguel Ángel. Es el único primo de Lara. Se llevan nueve meses (ella es del 4 de Julio de 1991 y él es del 17 de Abril de 1992) y han pasado prácticamente toda su infancia y juventud juntos. Tienen mil trastadas juntos, miles de recuerdos... Es alto (más que su hermana), delgado (demasiado delgado), de pelo corto y castaño oscuro, ojos grandes y negros (como su hermana) escondidos tras unas gafas de montura al aire.
Celia. La hermana de Lara. Con el pelo a media melena, ondulado y negro, un poco más alta que Lara, de ojos grandes y negros, con pestañas enormes y nariz como la de sus primos, estilo César. labios finos pero hidratados, es delgada aunque ella se empeña en que está gorda (no lo está). Tiene 15 años.
Lara. Protagonista de estas crónicas. Tiene 20 años. De estatura media, gordita, ojos verdes azulados con toques grisáceos de noche, nariz recta y bonita, boca con el labio de abajo carnoso mientras que el de arriba es fino, lleva el pelo cortado como Hayley y con de color rojo pasión.

Y de comer, hay arroz con bogavante preparado por su tía Emi. Y ríen y bromas, y conoce a Mila, la novia de su primo.
-Ya tenía ganas de conocerte.
-¿Y eso? -dice ella sorprendida y halagada. -Seguro que Miguel ha hablado mal de mí.
-Todo lo contrario. Me ha contado todas las trastadas que hacíais juntos. -se sonríen. La verdad es que le parece simpática, bastante amable y mona. Y las risas, los comentarios... todo se sucede.
-Vamos a dar una vuelta. -dice Mila.
-Vale. -dice él. -¿Te vienes Lara?
-¿A dónde?
-Vamos a Naval, así dejamos a Casas. -comenta él. Casas es el novio formal de Cristina.
-Vale. Voy. -dice ella contenta.
-Entonces, -dice su prima. -llevaros también a Celia. Se va a aburrir ella sola aquí.
-¿Te quieres venir? -dice Mila.
-Es que... no sé...
-Vamos, Celia, que no vamos al fin del mundo. -dice Lara.

Toda la tarde en el R-5 de su primo, dando vueltas y vueltas. Riendo, bromeando, fumando, intercambiando observaciones... Ha pasado de todo.
Ha tenido una de las primeras prácticas en coche. Teniendo 20 años, la da vergüenza que su primo menor le de clases, pero aún así lo pasa bien. Tiene arrancones, acelerones y caladas.

Vuelven al chalet de sus tíos sobre las 20:34. Se sientan en el sillón, miran Dos hombres y medio, American Dad y Los Simpson.
-Tú. -dice su madre a su padre. -Son las casi las diez. ¡Vámonos!
Pero, como siempre, antes de una despedida hay bronca. Bronca entre los padres de ella, montan el numerito. No sabe si es por el alcohol ingerido, el rencor del uno hacia el otro... Puede que nunca lo sepa.
Lara tiene ganas de irse, todos le preguntan por su mala cara. «¿Acaso nadie se da cuenta de nada? Mis padres no solo son así fuera de casa, también lo son dentro.»
Está harta de oírles discutir.
En el coche, todo es silencioso, solo la radio y ella susurrando las canciones.
Se siente mal. Y en una canción, se siente invadida por su sentimiento de no ser importante para nadie.
"-Ya tenía ganas de conocerte."
"-Miguel siempre habla mucho de ti."
Las palabras de Mila resuenan por su cabeza.
 "A ver, hemos estado juntos casi desde que nacimos." Recuerda la foto de cuando tenían pocos años, salen vestidos de chulapos y dándose un beso. Y recuerda aquellas palabras de su primo:
-Yo quiero que seas mi mujer. -pero entonces eran demasiado pequeños para comprometerse a nada. Quiere a su primo como si se tratase de su hermano. Lo han pasado de todo juntos, desde risas y travesuras a pelis porno y broncas.
Ellos y su complicidad.
Ellos y su pequeña fraternidad, que cada vez se hace más débil.

Luego recuerda a Kos, sus conversaciones, sus tonterías... Últimamente, él no sale de su cabeza. No paran de dar vueltas las conversaciones, los sms.
También recuerda que Rubén pronto bajará a Madrid con Jose.
 "Debería prepararles algo gordo." de pronto ve pancartas de tela y pintadas en contra de los recortes de Sanidad y Educación.  "Podría colgar carteles en los puentes de la A-6." Algo espectacular y poco visto. Se sonríe para sí misma. Debería no hacerlo o quizá sí. Pero lo piensa y probablemente lo haga.

Llegan a casa, un tercero en Alcobendas.
-¡Joder! -dice su hermana mientras sus padres no están cerca de ellas. -¿Por qué siempre tiene que haber numeritos fuera de casa?
-Quizá, un día, se divorcien.

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