domingo, 25 de diciembre de 2011

Capítulo 14.

Entré en mi vida de Internet. MSN, Skype, Facebook y twitter.
Y en Skype rezaba el buenas noche de Rubén:
"cariño
quiero que sepas que va a ser el mejor fin de año de mi vida
contigo a mi lado
y que sepas que no voy solo por un polvo
sino que quiero compartir mi vida contigo
te quiero cielo
y eso no va a cambiar
solo espero poder demostrartelo en tan poco tiempo
tengo miedo de no gustarte y cuando me vuelva lo pases mal o te olvides de mi
pero merece la pena arriesgar
por alguien tan especial como tú
te quiero mi vida
buenas noches
un besazo".
La verdad es que no me acordaba de lo poco que habíamos hablado ayer.

Recuerdo la mañana anterior, saliendo de casa a las 10:45-11:00 para hacerme los análisis que me había pedido mi ginecóloga, yendo hasta Velázquez. Paseando con una prenda de manga larga y fina, un jersey de cuello vuelto de color blanco y suave, mis tacones grises que me había comprado en un arrebato en el Merkal de Torrevieja. No eran muy incómodos pero solo había ido un par de veces con ellos u otros tacones. Recuerda aquellas sandalias que se compró en Marypaz para ir a la graduación, eran preciosas y cómodas; para después le había pedido a mi madre que me comprase unas cuñas con el mismo estampado, en leopardo blanco. Luego aquellas botas tan altas y preciosas que me ponía para hacer saber a Isma que deseaba que me montase.
Por la tarde, me llamó Karla para quedar, hoy iría por haber faltado unos días antes. Quedamos y nos fuimos al Plaza Norte, paseamos por las miles de tiendas. Fuimos a saludar a las antiguas compañeras de trabajo de Karla. Patricia estaba atendiendo como podía a la clientela mientras nos contaba las novedades del trabajo y de las chicas que conocíamos.
Después paseamos por todo el Plaza, acabando en el McDonalds, ella tomando unas tortitas con Nesquick y yo un Sundae. Más calorías para mi cuerpo que no las necesitaba, pero ella sí. Yo siempre flipo cómo una mujer tan delgada puede zamparse tal cantidad de comida y seguir así. Seguimos andando y buscaba la tienda que me habló Almudena, la amiga de mi hermana, llamada Deni y que tenían los pendientes de coco que siempre andaba buscando.
La encontramos y encontré mis pendientes ansiados.
-¡Sólo tres euros! -comenté a Karla.
-Después de esto nos vamos a mi casa, ¿vale?
-Claro. -los compré y salimos a coger el autobús. Estuvimos esperando el 156 como unos diez minutos.
Llegamos a su casa y nos tiramos en la cama. De pronto, pensé en la posibilidad de que Pepo y ella hubieron tenido relaciones en aquella cama.
-No lo habréis hecho aquí, ¿verdad?
-Sí pero he cambiado las sábanas esta mañana. -suspiré tranquila. Desde la noche que me tocó dormir en la misma habitación que ellos y se pusieron a hacerlo, tenía miedo a todo lo que tenía que ver con Pepo, Karla y una cama.
Nos pusimos con la cena a eso de las 23:00-23:14. Con la excusa de Karla de que ella solía cenar con Pepo ¡a las dos de la madrugada! Yo no podía cenar a las 2 de la mañana. Mis padres me matarían por no avisar.
-Hacemos la cena para mí. -comenté. -Y luego haces la tuya y de Pepo.
-¿Cómo puedes tener hambre?
-Porque suelo cenar a horas decentes.
Durante la cena, hablamos de todo. De tantas cosas que muchas se arremolinan en mi memoria y se revuelven y mezclan. Salí de su casa para llegar a las 00:02 a la mía.
Llegué y mi abuela estaba viendo a Sobera en Atrapa un Millón. Con un padre y una niña, su hija imagino, que estaban dudando entre Flan o Tocino de cielo. "¿Cómo se puede ser tan tonto?" Después de oír a la niña hablar: "¿Cómo pueden existir niñas tan repelentes?"
Mi padre estaba en el portátil, mirando su correo y la poca vida en la red que poseía.
Mi hermana se ocupa de su Facebook.
-Ahora te dejo.
-Sin problemas. -con el único que tenía que hablar era con Rubén. Y cuando se quitó, eso hice...

En la vida en red que tengo, veía un montón de mensajes de: ¡Feliz Navidad!
Yo no odio la Navidad, solo la detesto. Detesto que mi madre, como siempre, me diga que me tengo que vestir para sentarme a cenar lo de casi todos los años, gambones a la plancha con sal; pero hoy, como novedad, teníamos una especie de pastel vegetal.
Cuando nos sentamos a cenar, estuvimos viendo el especial de Sergio Dalma.
-¡Feliz Nochebuena!
Eso decían todos los canales que mis padres ponían. Mi hermana, Celia, y yo nos entreteníamos pinchándonos un poco para no estar tan aburridas, pero cada vez que hacíamos algo mi madre nos criticaba o chillaba.
 Así que decidí irme a mi habitación y seguir jugando al Resident Evil 4 y aunque no iba muy bien situada en ese momento, era para apartar mis nervios a la que iba a pasar en Nochevieja.
Estaba nerviosa por ver de una vez a Rubén. ¿Qué pasaría en Nochevieja?

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