domingo, 30 de diciembre de 2018

Capítulo 152

Buenas noches.

Estoy feliz.

A secas.

Siento que he llegado a un estado en mi vida en el que da igual cuántas veces me hagan daño, volveré a levantarme; que no importa cuanta mierda puedan echarme encima porque me ducharé todas las veces que hagan falta. Creo que he alcanzado la paz mental en este último mes del año. ¿Quizá es porque por fin me quiero?

También puede ser porque, de pronto, no tengo ansiedad; no tengo miedo, tengo fuerzas; no tengo ganas de morirme sino de reírme y vivir todo aquello que pueda; no me importa que el mundo no me acepte, no me importa hasta qué punto la gente me diga lo odiable, lo fea, la bola de grasa que soy porque voy a tomar el destino en mis manos y coger la primera metralleta que pille para hacer una sangría.

He cambiado. El mundo en general me ha cambiado y doy gracias por ello. Doy gracias por las veces que me rompieron el corazón porque volví con una armadura más gruesa. Doy gracias por las veces que la gente que consideraba mi amiga me atacaron porque, a día de hoy, comprendo que la gente no tiene que quedarse si no quiere y dejar marchar a todos aquellos que no son nada más que tormentos en mi vida. Doy gracias por abrir los ojos a todo aquello que me hizo daño y ya no quiero en mi vida.

Estamos a unos días de que entre el 2019 en nuestra vida y quiero cambiar todo aquello que deseo de verdad que cambie, quiero seguir teniendo la fuerza de voluntad de seguir tirando pase lo que pase, anhelo el momento en que me alce de nuevo para que nadie pueda tirarme nunca más.

Por supuesto, tengo muchos objetivos para el año que comienza y que, por ahora sólo es un feto, deseo que me traiga cosas buenas, que se cumplan mi lista de objetivos y pueda seguir disfrutando de los míos ahora y siempre.

2019. Sé bienvenido, con todo el cariño que puede ofrecer mi corazón; sé lo suficientemente bueno como para que la Fortuna me sonría en casi todos los aspectos.

Gracias por llegar.

Agur~