sábado, 6 de junio de 2020

Capítulo 162

Buenas noches, amiwis.

Hoy, realmente ayer, una sandía que conocí hace tres meses ha decidido escribir esto: 

Mi amiga es un cactus.
Sí, un cactus, un precioso, lindo y “doloroso” cactus :3 Pero… yo adoro a ese cactus; cierto que tiene unas afiladas púas, y que le encanta su soledad y su espacio, una piel gruesa que es su coraza que guarda el interior más hermoso que podáis imaginar. Ha vivido circunstancias muy hostiles, las cuales hubieran derrumbado a cualquiera, pero ella se mantiene fuerte, es una persona a la que admiro, la verdad.
Se piensa que es el patito feo algunas veces, pero bueno, lo de ser un poco idiota se lo quito a bocaos si puedo(?) >.< ¿Sabéis lo espléndidas que pueden llegar a ser las flores de los cactus? ¡La verdad es que son maravillosas y de múltiples colores!
¡Mi cactus es perfecto! Para mí es perfecto. Todas sus virtudes y sus posibles “defectos” son lo que lo han hecho ser MI CACTUS, y no lo cambiaría por otro. Ella es como es, y ella es perfecta en su imperfección. ♥
Yo, quiero abrazar a ese cactus, (mentira, me muero de ganas por abrazarlo). No me importa que me clave sus púas, no me importa sangrar por ese motivo… quiero abrazarlo, respetarlo, quedarme en su sombrajo y verla florecer. La quiero proteger de cualquier amenaza y de las cuales no pueda protegerla, pasarlas juntas. Prometo que no molestaré, sólo… déjame darte un bocadito de vez en cuando para que pueda hidratarme de tu interior, yo estaré ahí para ti.
Te quiero ♥

La verdad es que, cuando me llegó este mensaje, me parecía más una declaración de amor que de amistad y, sinceramente, se me da fatal ser amiga porque me despisto, me puedo tirar meses y meses sin escribir, sin dar señales de vida. 

Mi mejor amiga, Mari, lo sabe perfectamente. Tan pronto le puedo estar escribiendo todos los días, como puedo tirarme meses sin hablar. Quisiera enmendarlo pero no se me da bien arreglar mis defectos de carácter.

Además, está el tema de ciertos muros infranqueables que a ella, Sonia, se le dan bien encontrar y darse contra ellos; quizá es porque me he dado muchas hostias o porque me gusta de verdad. Quizá es porque me gusta tener a la gente alejada de mí y soy un erizo que se quiere mantener más cerca del frío que contra el calor del cuerpo ajeno. Y ya no digamos depender de otra persona, jamás me ha gustado, y con el paso del tiempo se me ha ido incrementando esa sensación.

Pero sí puedo hablar de Sonia.
Sonia es demasiado cabezota, muy chillona y es el sol que eclipsa a todas las estrellas; es guapa, tiene un cuerpo precioso y me preocupa que tenga ese aura tan triste, que piense que ella no se merece cosas buenas, que piense que la gente sólo ve sus rayos y se conforme con la tierra firme cuando podría desplegar las alas hacia los cielos; ¡quítate las cadenas! ¡Deja de atarte al suelo firme! ¡Mira tus alas!



Las alas de Sonia se están lacerando y pronto se echarán a perder; su propio interior está pidiendo a gritos desplegar esas alas pero la inseguridad y el miedo la echan hacia atrás.



Sonia sólo tiene un miedo: que le hagan daño. Por eso vive, como yo, encerrada tras sus murallas, con sus soldados paseando y siempre dispuestos a pelear, cargados con hachas y lanzas, dragones protegen las puertas de las primeras murallas, en las puertas de las segundas, te encuentras un montón de zarzas que ha ido levantando para que nadie se acerque a la última muralla que se abre con unas cuantas caricias y un poco de tirarle de los pezones, aunque no le guste.

Pero Sonia, no eres todo murallas, no eres fosos, dragones ni soldados. Eres un sol brillante, radiante que llena todo de color y de luz, aunque te vistas de colores oscuros; me daba mucha envidia que me eclipsases pero, ¿qué puede hacer una estrella contra un sol entero? Eres divertida, cariñosa, con humor verde y mejor mantener una fusta lejos de tu alcance. No voy a mentir, ojalá fuera capaz de darte un ramo de nardos blancos y rosas rojas; ojalá fuera capaz de acabar con tus cadenas y que pudieras chamuscar a quien quisiera tirarte del cielo que tú lideras; ojalá consiguiera que dejases de pensar de esa manera sobre ti misma y empezases a verte con los ojos con los que te miramos los que te conocemos. No son pocos los que pensamos que irradias algo muy magnético y no por cómo seas por fuera.

Ojalá fueras tú el amor de mi vida.

A pesar de todo, te quiero. ♥

Aunque pienses que te alejo, que te encuentras luchando fuera de mis murallas exteriores porque son sólo cosas tuyas ya que no me comprendes del todo.

Pero eso, te quiero.

Te quiero radiante.

Te quiero luminosa.

Te quiero incandescente.