miércoles, 14 de diciembre de 2011

Capítulo 11.

Hoy se ha levantado tarde, sonriendo.
Y es que Rubén le ha dicho muchas cosas por el pequeño jugueteo y voz calenturienta.
"cari
esta noche me has dejado loco
menudo derroche de erotismo, sensualidad
eres impresionante
nunca con nadie por cam me había hecho esto tres veces seguidas como hoy
eres increíble
 por otra parte me alegro que tú también hayas disfrutado
yo cerraba lo ojos y te imaginaba
ha sido impresionante
y espero volver a repetirlo y a ser posible que se haga realidad muchas de las cosas que hemos imaginado hoy
te quiero mi lunita y descansa
un beso de tu lunero"
Claro.
Ella es la reina de bastos.
La que nada la frena.
Ella es, de vez en cuando, una ninfómana; solo durante unos días, luego ya vuelve a ser normal. Se levanta sonriente y con sueño.
No se viste. Se mete directamente al Aion y coge todo aquello que necesitan de ella.

Rubén la llama al poco tiempo y ella le sale la vena mala. Y le pica, le habla con voz sensual y emite pequeños gemidos, le oye a él jadear y ponerse.
Luego sigue a lo suyo.

Por la tarde queda con una de sus mejores amigas, Rachel.
La verdad es que quería hablar con ella.
Compartir cosas.
-¿Sabes? Últimamente mis padres -dice ella sin aplacar sus intenciones. -tienen más vida social que yo. Mi madre siempre me dice que si no tengo nadie con quien salir. Yo siempre le respondo que no tengo amigas.
-¿Y Mari y yo qué somos? -responde su amiga un poco herida.
-No me refiero a eso. -contesta ella sin perder la compostura. -Me refiero a que ya no salgo casi nada de casa. Tú y Mari tenéis vuestros chicos y os movéis por los círculos de ellos... Yo me quedo sola sin nadie con quien salir.
-¿Y Karla?
-Otra que está fuera de combate. -dice Lara resignada. -Otra vez a vuelto con Pepo y es horroroso. Me empiezo a plantear que no debería haber dejado a Isma.
Las dos se quedan calladas. Quizá las dos piensan lo mismo, que fue demasiado lanzada para tirarse a los brazos de otro.
-¿Y qué tal con él? -rompe el silencio Lara.
-Bien. Aunque faltos de sexo. -sonríe.
-¿Sabes? Dice Rubén que quiere venir a Madrid.
-¿Cuándo?
-En Navidades si puede.
-Entonces estarás feliz ¿no?
-Pues... -duda un momento. -creo que debería estarlo pero no dejo de pensar en que no es lo mismo para él que para mí.
-¿Qué os pasa? -dice Rachel mientras miran peluches en el Disney Store.
-Es que... él siempre está diciendo que está enamorado de mí y que soy la mujer de su vida. Y a mí me gusta pero no creo que nunca sienta eso por él. Porque ¿y si todo fuera mal? ¿Qué cara debería ponerle yo?
-Ninguna. Él se arriesga a perder o ganar todo.
Después charlan sobre cosas banales.
Miran tiendas, como dos amigas normales. Van al Arroyo de la Vega. Miran y requetemiran las tiendas de maquillaje.
-Debería empezar a hacerme el kit completo.
-Sí. Lo necesitarás para currar.
Miran, buscan y rebuscan; Rachel se coge una raya de 2€ y Lara se gasta en mil cosas 11€. Dentro de lo que cabe, siguen coincidiendo en muchas cosas.
-Pues a ver cuando os veo a ti y a Nico.
-A Nico...
-¿Qué? -dice Lara arqueando una ceja.
-No es que le caigas muy bien.
-¡¿Qué?! Si fui yo quien sugerí que volvierais. -se siente traicionada.
-Ya. Pero fuiste tú quien estuvo preocupándose y sofocándole.
-Claro. -dice Lara al defensiva. -Le veía muy mal y solo quería que volvieseis. Ojalá le atropellen con un kart.
-¡Oye!
«¿Dónde se dice que la amistad vale más que el amor? Porque esta chica no lo ha leído.» piensa Lara dentro de sí. Está furiosa.
Deja a Rachel en la parada del autobús y baja andando hasta el Giner. Y mientras hace un monologo externo:
-Debería cambiar. -empieza. -Ya no solo adelgazar lo que me sobra si no ser más... como Rachel. Soy basta, burra y malhablada. ¿Qué chico se fijaría en alguien como yo? No soy guapa, no tengo un cuerpo 10... Debería cambiar, pero cambiar como soy me costará meses y no es tan fácil. Es algo que me dejó Isma y que no quiero perder. -Quizá debería comprar ropa nueva y cambiar de look, volverse más como todo el mundo espera que ella sea. -Empezar a llevar tacones, a vestir ajustado, dejar de teñirme el pelo de rojo y dejar de llevar camisetas heavies. Cambiar mi músic... Ni de broma cambio mi música. Ella es la que me hace sentir yo.
A ella le gustaría ser como esas chicas delgadas con chicha, que se pueden el permitir el lujo de ir con camisetas con las que ella debe soñar. Marcar su propio estilo.

Entonces le da un toque a Rubén y él la llama:
-¿Qué pasa cari?
-Nada. Que tenía ganas de oírte, solo eso.

Ahora una pregunta para los Ilusionados.
¿Creéis que debería cambiar?

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