sábado, 13 de agosto de 2011

Fear.

Hoy, esperándote, he sentido miedo, mucho miedo.
Las piernas me temblaban hasta tal punto que me he tenido que sentar, nunca me había sentido así, el corazón se encogía y expandía por mi pecho, tan pronto estaba alegre porque te iba a ver como se deprimía y pensaba que no llegarías; pensando que no bajarías lloré, tapando mis ojos con mis manos. Como llevo haciéndolo desde que me he dado cuenta de que te echo de menos.
Llegaste y todo se calmó, el corazón latió como un corazón enamorado.
Y empezaron las bromas, y la magia de la complicidad.
Y preguntaste por qué lloraba, no lloraba porque me hicieras un daño físico, el peor daño es el que haces en mi pequeño corazón, que es tuyo, completamente tuyo; aún así lo golpeas y haces que sangre y piense que no merece nada, salvo la Muerte.
Sé que para ti no es fácil, pero date cuenta que deberías ser sincero conmigo, y decir lo que verdad piensas, sientes y auguras.
Porque no eres el único que se da cuenta de las cosas.
Aunque no sé si esta noche la prueba era para ti o para mí.
Creo que era más para mí, para abrirme los ojos y darme cuenta que ya no será nada como antes pero estúpido de mi corazón sigue creyendo que existiendo ese chico dulce que un día fuiste.
Y por mucho que intente enseñarle que ya no eres como antes, es un cabezota y no deja de palpitar por ti, y le da sacrificar su orgullo, su fuerza y sus sentimientos por hacerte feliz, por mantenerte contento y darte satisfacciones.
Porque puede que te des cuenta de muchas cosas, pero no te das cuenta de que esa dulzura duele cuando no sientes lo mismo que la otra persona, y duele, duele mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si te ha gustado, si quieres comentarme qué es de tu vida.
¡Comenta!