lunes, 15 de agosto de 2011

Cebolla.

Me he dado cuenta de que cada día me gusta menos la cebolla.
Se ha vuelto insoportable desde que no estamos juntos, solo el pelar su piel me pone de los nervios y algunas lágrimas escapan. Pero creo que he comprendido porque las odio ahora tanto, porque me hacen llorar como tú mientras que antes lloraba mientras tú estabas a mi lado dándome calor y cariño, haciendo bromas sin poder parar de reír.
Ojalá llegue un día en el que volvamos a cocinar juntos, con risas y muestras de afecto, ojalá vuelva a probar esos macarrones ismeños que tanto me gustan. Porque los echo de menos, por eso, siempre que puedo, los hago y recuerdo la de veces que nos hemos divertido y disfrutado de un buen perolo de macarrones de esos que cocinas tú, sin tu toque ya no me gustan tanto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si te ha gustado, si quieres comentarme qué es de tu vida.
¡Comenta!