domingo, 27 de noviembre de 2011

Capítulo 3.

Después de cenar ayer, entró en el salón, donde su padre veía la tele. Tenía puesto el porno.

"Joder, otra vez no." piensa en voz baja. Habían tenido toda la tarde para hacer cosas de ese estilo, además ¿qué le ve al porno? A ella no le ponen la mayoría de esas películas, en realidad, ya nada le pone. Solo tiene pequeños calentones de vez en cuando. ¿Dónde se ha metido la ninfómana?

Habló con Rubén pero todo fueron lágrimas. Lágrimas que la hacen enfurecerse y sentir que le odia, aunque no es verdad, son pequeñas furias hacia él porque odia que sea un llorón.


Hoy se levanta cansada. Son las 13:38 de la tarde, hoy ha dormido hasta tarde pero ¿qué importa? Para eso son los findes, se conecta al Aion mientras intenta relajarse. Pensar que entrará y se reirá y así es. Ríe, disfruta y se mete con la mayoría de los chicos con los que juega. Aunque muchas veces se regaña a símisma por ser tan chabacana, por no ser tan mordaz y femenina como la brigader, Darky.
Quizá, como siempre ha pensado,nació para ser un hombre y no una mujer; piensa que ligaría más si fuese capaz de decir cosas menos bastas pero ella es así. También se preocupa por unos y por otros, es maternal. Pero de eso nadie comenta, nadie le dice que eso está bien o está mal.
Odia que Darky se lleve todas las flores y las ofrendas y ella quede en un segundo plano, pero ¿qué más da?
Solo es un estúpido juego con el que disfrutar, dejarse llevar y sentir que forma parte de algo, decir que tiene amigos cuando no es así.
También piensa que si se presenta tal como es, la gente no la querría. Ella está para representar el papel de chica basta y bisexual. Y es verdad que le gustan las chicas, y es verdad que los chicos le encantan pero... siente que siempre está representando un papel.




Y bromas, pullas inocentes y demás formas de sacar una carcajada a alguien se convierten en su única forma de ser feliz. Y sigue representando su papel, no puede ser natural. No puede demostrar que es frágil, que solo espera que alguien la diga que ella no es así, que en realidad lleva esa máscara. Pero nadie se da cuenta.

Y otra carcajada, ella siempre en el meollo de todo.

¿Qué pasaría si fuese ella misma? Que nadie se atrevería a dirigirla la palabra, ni a reírse con/de ella ni siquiera a dirigirle un saludo. No puede mostrarse como es porque es débil, frágil e idiota; sumamente idiota. Da igual cuantos libros haya leído de Psiquiatría, de Zoología, Biología, Psicología. Con otra gente se siente idiota y fuera de lugar. Como si ella sobrase siempre.




Pasan las horas de esa manera. Y piensa en muchas cosas:

"Como lo feliz que parece Diens. En que debería hablar con él, terminar por decirle todo."

ó

"¡Qué bien! Crimen me hace reír y me protege." Lara quiere un chico así, que la haga reír y la proteja, Crimen le encanta, es un chico majo e increíblemente loco.

ó

"Quiero hablar con Bob." pero Bob no está allí y ella no tiene con quién ser más femenina y frágil.




De pronto siente envidia de no ser como Iryss, no ser tan guapa ni tan esbelta ni estar tan buena como ella. Su genética se queda con las grasas, los atracones. «Quizá debería volver a vomitar.» La gente piensa que eso no es bueno pero es lo que se fomenta, a cada rato, en la televisión, en Internet; todo elemento visual tiene a chicas delgadas, sanas, buenísimas y que todos los hombres quieren.




Termina harta de sus pensamientos, del juego y de sentirse totalmente fuera de lugar, de sentir esa envidia por alguien que no conoce.

Total, ¿qué más da? Nunca nadie se dará cuenta de lo que vale si sigue con esa máscara llena de fisuras puesta. Quizá Lara debería quitársela, ya casi lo ha conseguido; ¿no lo ha hecho ya con Bob, con Kos y con Jorge?

¿Qué pasaría por hacerlo con los demás?

Se sienta a escribir un rato. Su libro de zombis, otro que se quedará en el MegaUpload y nadie mirará; ella no es buena escritora pero se esfuerza o, por lo menos, lo intenta.

Decide que es hora en que debería dedicarlo a hablar con Pablo, con Isma y con Rubén.

Con Isma se intercambia el saludo de rigor.

Con Pablo un hola y poco más.

Con Rubén, otra charla sobre lo mismo. Si Lara esperaría por él, ella no lo sabe. Quizá sí, quizá no. Pero no sabe qué decirle... No quiere hacerle daño pero tampoco faltar a la verdad, así que dice lo que piensa, reflexiona y cree. Y todo queda ahí.

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