jueves, 24 de julio de 2014

Capítulo 110

Buenas noches.
¿Alguna vez os habéis sentado frente al mar en plena noche y habéis dejado que la música y las olas se mezclen creando una nueva sinfonía?
Yo más de una vez.
Me he sentado, he abierto los oídos cerrando los párpados poco a poco; puede que penséis que no es verdad eso de que música y olas se acompasen pero yo sí lo he vivido. Después he abierto los ojos y he mirado al mar, pensando en el terror que da estando tan oscuro.
También he reflexionado frente a él: ante mi soledad y mi miedo a ella.
La gente, si le haces pensar, asocia el mar con tranquilidad, sosiego, descanso, paz, reflexión...
Yo lo asocio a la soledad. A sentirte la cosa más pequeña del mundo frente a él.
También me he sentado a darle sentido a mi vida, o pensar sobre ella y no he sacado nada en claro. Sólo que he sufrido y sufro una gran soledad.
Ahora mismo, estoy sentada frente a él y pienso en la de gente que me ha dicho que soy especial e interesante. Gente que me ha engañado y de esa en la que me han metido en su red de mentiras.
En su mayoría hombres; hombres que querían lo de siempre y mentían.
Gente que me dice que aún hay amor por mí dentro de ellos.
Ya no os creo.

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