jueves, 23 de mayo de 2013

Soy escritora de escenas románticas, no vividora.

Me doy cuenta que se me da mucho mejor escribir escenas románticas de las que a mí me gustan que vivirlas. No sé, creo que jamás me ocurrirá la mitad de las cosas que quisieran que me ocurrieran, nadie vendrá a mi casa a medianoche mientras llueve y con un cigarrillo en la boca, me esperaría bajo una tormenta con rayos y truenos.
Tampoco creo que sea de esas mujeres que tengan la suerte de conocer a su hombre por el metro o de un comentario gracioso.
Escribo novelas y fragmentos para la memoria de aquellos que quieran leerlos y usarlos para una película solo para hacer algo relativamente bien o que no sea siempre lo mismo. Pero sé que mis libros jamás se publicarán ni que mis fragmentos saldrán en una película. Son demasiado reales y demasiado negros.

Ahora estoy enamorada, enamorada hasta las jodidas trancas de un hombre que es igual que yo en muchos aspectos, bueno, “hombre”. Es mi Garfio particular, mi enano malvado que me hace sonreír tontamente.
Aún no le conozco en persona pero sé que podría aguantar carros, carretas y prostitutas con tal de estar con él. Es algo que jamás había sentido.
Es aún más poderoso que cuando estaba con Isma, el triple de intenso que cualquier persona pero no he querido hablar de él. No quería hacerme ilusiones antes de tiempo pero aquí están mis ilusiones; quiero que alguien me diga que tendré suerte por una vez y que él no tendrá dudas; aunque las suyas se reduzcan a sentir la química entre los dos en persona.
Lo peor es que te haces expectativas del momento, de la escena y de las frases pero, por encima de todo, te haces expectativas de los movimientos y de que saldrá bien.
Pero, ¿y si no sale bien? ¿Y si en el momento de la verdad no hay chispa que encienda y me quedo en la estacada con las ilusiones de un corazón roto?

2 comentarios:

  1. Qué raro que no me hayas hablado de él... Jum Jum...
    Ya quedaremos (cuando pase todos los exámenes, trabajos y demás) y me cuentas y te comento :) porque por aquí no creo que sea adecuado comentar nada, y más sin saber nada...
    Un beso perri!

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  2. La vida es así de irónica. Unos esperamos bajo la tormenta a una mujer que jamás bajará, que no devolverá la llamada y que por cuyos pensamientos nunca volveremos a pasar; sin poder evitar intentar ser esa persona que siempre esté allí para ella. Otros traicionan, amenazan y coaccionan y pese a no verle lógica alguna a ello, son los que se llevan a la dama, mientras no podemos evitar no olvidar.
    Suerte con tus futuros amores y ojalá, encuentres lo que encuentres, sea lo que te llene y lo que te haga feliz.

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