lunes, 21 de enero de 2013

Capítulo 79.

Hola pequeños y pequeñas.

Os voy a contar lo que he hecho este finde.
El viernes no hice nada. Me levantó los de mensajería para traerme el Ace que me tenían que dar con Movistar. Yo más feliz que nada porque ya tenía móvil nuevo y tarifa de internet. Casi 11 euros al mes pero por lo menos ya no tengo que temer quedarme sin saldo. Después de comer, le pedí a mi hermana que explicara matemáticas. ¡¡Mala idea!! Porque entre que yo no entendía mucho y, encima, me ponía ejercicios sin explicarme ni jota pues acabé, por la noche, soñando con logarritmos que me perseguían porque no era capaz de hacerlos. Un poco más tarde, Celia me dijo de ir a la FNAC y yo: -Pues vale. Fui con ella en autobús mientras probaba la conexión del móvil y ella se quejaba de que iba más a hablar con los Westeros que con ella. Y yo: -Pero si tú me vas a hablar de Vergés. Para eso ya te escucho cada vez que vuelves del insti.
Y dijo: -Es que tan [inserte aquí piropo aleatorio].
Respondo: -¿Y por qué no se lo dices? -no estoy harta que mi hermana me hable de él, lo que me harta es que no se atreva a decirle nada.
Su respuesta: -¿Por qué se iba a fijar en mí? Soy gorda, fea, no tengo pecho y peluda.
Yo: -No todos los chicos quieren un palo rubio por novia.
Ella: -Pero es que la chica que le gusta es simpática y agradable.
Yo: -Seguirá siendo un palo de escoba con pocas cosas de las que hablar.
Y, hace poco, mi hermana está empezando a tener muy poco estima de sí misma. Compañeros de clase de mi hermana, os aviso que si ella está gorda, yo lo estoy más y, no solo eso, os partiré la cara. Avisados quedáis.
Aunque la culpa también es de mi hermana porque solo tiene kilos de más, no como yo que soy obesa; y, en vez ser consecuente y hacer dieta o hacer ejercicio, solo se queja. Yo se lo he dicho muchas veces, que si yo tuviera su cuerpo, me machacaría a ejercicio y a comer menos dulces para adelgazar los 10 kilos que le sobran.

El sábado me levanté a las 10. Como no vi un WhatsApp por parte de Mari me volví a sobar hasta las 12 y algo que me volví a levantar y vi que me había mandado un WhatsApp a las 11:45 o así. Visto que al final no íbamos a ir, me puse con el ordenador un rato. Miré correos, el Google Reader para ver las entradas nuevas y demás, luego twitter. Y, de la nada, aparecieron las ganas de ir a ver a Sumi pero me contuve, me vestí y me fui a hacer fotos con la reflex. Escapé de mi casa con dinero para comprarme una funda para el móvil nuevo, no sea que se me caiga y la jodamos; iba por Gran Vía cuando parece que los fumadores se arrimaban a mí como si yo les hubiera hecho algo en otra vida y yo, con el mono de fumar que lo flipas. Encima llevaba pasta y casi caigo en la tentación de comprar una cajetilla. También pasé por Montera, justo por la tienda de piercings y me dio ganas de hacerme otra vez el de la nariz aunque ahora que estoy echando muchos currículums pues no me haría gracia que me llamasen cuando no puedo quitarme el aro, porque me pondría un aro, así lo digo.

Cuando llegué a casa, había TC de Nia y Raúl -dos westeros- y me puse a verla. Bueno, acabé metiéndome en un lío sola porque le dije a ella que ya tenía su tatuaje hecho y solo lo tenía empezado. Ella me pidió que le pasase una foto. Y, a pesar de que venía muerta, me puse a hacerle el dibujo a la 1 de la mañana. El resultado es algo muy raro que solo ella tiene.

El domingo, me levanté y hablé con Nia para que me dijera qué le parecía el diseño a papel. Me dijo que las alas no le gustaban pero el dragón y el árbol sí. Me puse a rediseñarle el tatuaje poniéndole unas alas que me pasó ella. Estas son las alas que tengo que incluir en el tatuaje:

Son muy detallistas y encima tienen las alas de mariposa y libélulas que irán a color como el dragón: cian y lila/morado. El diseño por Photoshop, bastante malo y pequeño, por cierto, es este:

Este es el diseño que ella quiere. Eso sí, los colores del dragón no son estos, son los que he dicho arriba. Así que, a la hora de comer.
Yo: -Papá, ¿tú sabrías dibujarme unas alas en grande?
Padre: -Nunca se me dio bien agrandar imágenes.
Yo: ._______. Es que es para una amiga que se quiere hacer un tatuaje y tengo que dibujarle unas alas muy detallistas y dudo que a mí me salgan.
Padre: -Si lo tienes hecho por Photoshop -mi padre el vidente-, ¿por qué no borras lo que sobre en la imagen y lo llevas a copistería?
Yo: -Es que es a color y no sé cuánto me cobrarían por ello. Además de que si ya he comprado la cartulina para hacérselo a mano...
Padre: -Tú lo que quieres es que esa chica se quede con la cartulina como recuerdo -me sonrojo-. ¿Te gusta?
Yo: -¿Qué me va a gustar? Solo somos amigas y ella tiene novio.
Mi padre se levanta y yo aprovecho para escaparme. Hablo con ella y dejo la cartulina encima de la cama. Como no me cabe todo lo que tengo en el escritorio más la cartulina, tengo que despejar mi mesa que contiene: Un bote de cristal, un cenicero, un bote de hojalata y una taza de los Starks -¡la que me regaló Sumi! ^^-. Apartar el ordenador, los folios, los apuntes de clase...
Vamos que tengo que dejar todo por las estanterías. Y ayer, colocando, puse la rodilla sobre la cartulina, doblándola.
-¡¡Me cago en Ros la pelirroja!! (literal)
Intenté que volviera a estar recta con unos cuantos libros encima pero imposible. Y ahora, como ayer me acosté tarde pues hoy casi de empalmada y, aquí estoy, hablando con Carlomares.

Un besazo.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho (:
    Esque he leído un par de entradas, y se que me pongo pesada comentando pero esque tienes una rutina mu graciosa haha

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