martes, 23 de noviembre de 2010

Su madre.

Todas las mañanas, cuando su madre la llamaba por las mañanas, a las 6:50 AM, ella seguía teniendo sueño por eso nunca se levantaba enseguida. entonces su madre la decía:
-Vamos, deprisa, que vas a llegar tarde.
Pero ella seguía yendo lento, todavía tardaba en levantarse o  en hacer lo que tenía que hacer, su madre la seguía apremiando.
Así todas las mañanas, y ella seguía con su lenta marcha al instituto, y la mirada de su madre de desesperación para que se diese prisa la recordaba a alguien.
Un día su madre:
-Siempre tan lenta, ¿cómo puedes hacer todo así? Yo me estresaría.
-Tú siempre estás estresada.
-Un día no te dejarán entrar en clase.
-Todos los ordenadores para ellos...
-Y encima hoy tenías examen, seguro que no has estudiado.
-Claro que no. Es un examen práctico. -ella sorbía el Colacao de su taza de los 1o1 Dálmatas de cerámica, daba pequeños sorbitos que ponían negra a su madre, a la que un día le daría un ataque del corazón.
-Vamos, hija, date prisa. Vas a llegar tarde. -entonces a la chica se le iluminó la cara. -¿Qué pasa? ¿Has tenido una idea?
-Algo así.
-Dios mío, que se te ocurra una idea es algo que da miedo.
-Ya sé quien te pareces. -dijo la muchacha, con una sonrisa de oreja a oreja. Su madre esperó unos minutos a que ella se lo dijera. -Al conejo blanco con reloj de Alicia En El País De Las Maravillas.
La madre puso los ojos en blanco y mirando al cielo exclamó:
-Mira lo tarde qué es. Llego tarde; me voy, me voy. -con el mismo repiqueteo del conejo en la película de Disney. Ella sonrío por lo bajo, lo sabía, su madre era el conejo blanco de Alicia.


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