domingo, 12 de noviembre de 2017

Capítulo 145

Buenas noches, amiwis.

Son las 4 de la noche y siento cómo todo bombea a mi alrededor: los pensamientos, los sentimientos y el enorme nudo que se encuentra dentro de mí, ese que nadie entiende, ese que ni yo comprendo. ¿Qué es lo realmente difícil que no soy capaz de comprender?


El lío de sentimientos es tan grande que no sé por dónde empezar a deshacer el entuerto, desliar la enorme madeja de lana que se encuentra dentro de mí. Pienso en que quizá, sencillamente, tengo un gran problema de bovarismo y que no estoy satisfecha con nada.

Lo explico: estoy en pleno tiempo con David, porque cada vez noto que la relación se enfría o no termina de funcionar como debería; así que dije que estuviésemos un tiempo tranquilos, sin vernos mucho (que nos estamos viendo igual que siempre) y a ver qué ocurría. Por supuesto, hubo un poco de pataleta por su parte porque no entendía que iba mal entre nosotros, que el sentía que todo iba cómo tenía que ir pero yo no lo siento así. Hay veces que me agobia el hecho de pensar que acabe viviendo con él o teniendo una familia (lo dudo mucho porque llevamos sin follar medio año, más o menos); es que me agobia muchísimo porque hace que mi humor vaya a extremos opuestos: tan pronto me hace sentir contenta como me dan ganas de matarle. En serio.

Cuando hace algo que no me gusta
Tampoco me siento enamorada; o sea, no siento esa necesidad de estar con él, sino más bien al contrario, de pasar el menor tiempo antes de que vuelva a meter la pata y me chafe la tarde. Luego también es muy baboso y yo soy una persona más bien despegada, con lo cual él siempre quiere que nos besemos y yo es más bien en plan: mira, no que no me apetece.
Sin embargo, y aquí viene lo fuerte, al día siguiente de dejarlo con él, yo tenía un puente de cinco días en el curro; le conté toda la movida a Rubén y se vino para Madrid (esto a mediados de Octubre así que sí, voy informando con retraso), a estar conmigo y apoyarme. Cuando llegamos a su hostal fue todo muy raro porque yo estaba tensa, quizá demasiado (en parte, pensaba que si pasaba algo con él, sería como ponerle los cuernos a David pero no quise decírselo) y hasta la medianoche o así no dejé de sentirme tan en guardia, no sé. Nos pusimos a hablar, yo le chinchaba y él respondía, como siempre; acabando por acercarme lo suficiente como para sentirme a gusto y, de pronto, le besé. Algo muy corto y fugaz. Luego él me besó a mí y se fue volviendo como adictivo, no pude parar de hacerlo. Era algo tan simple y, a la vez, tan electrizante. Tras eso, no pasó nada.

Pero desde entonces, no paro de pensar en que estaría mejor si Rubén estuviese conmigo e incluso he llegado a decirle que si no le molaría mudarse a Madrid y que viviésemos juntos. Por supuesto, todo muy bien, todo perfecto. Sin embargo, me siento como si una araña me hubiese tendido una emboscada y ahora que estoy en la telaraña, no quisiese la presa. Lo típico que solemos decir de los tíos: que follan y huyen. Pues eso.

Como digo, a pesar de estar de tiempo, seguimos quedando mucho y él se sigue comportando como mi novio; por supuesto, para sus padres (y los míos) seguimos siéndolo pero yo intento mostrarme más fría de lo normal pero es que sencillamente no puedo. Hay algo en mí que no para de hacer que con él siga siendo exactamente igual: seguimos comiendo juntos los días que libro, quedamos todo lo que podemos y, a pesar de haber puesto unas normas, nos las seguimos saltando y no entiendo porqué pasa todo esto. Si no estoy a gusto, ¿por qué sigo comportándome como si todo fuera normal? No entiendo nada.

En cuanto a Rubén, intento no mostrarme chafada con nadie porque, bueno, no pienso darle a nadie un arma con el que atacarme si puede. Aunque ya digo que si yo soy despegada, Rubén se ha vuelto más despegado que yo y yo el que necesito ahora es al chico tímido y un poco pesado que conocí hace años. Explico porqué: casi nunca me habla él, siempre tengo que hablarle yo (que parece como que sólo le interesaba cuando me hacía la dura para follármelo); y me canso de tener que ser yo siempre la que le habla. Así que voy a intentar matar todo lo que siento por él.

Así, matando sentimientos a mazazos


Agur~


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