martes, 22 de noviembre de 2016

¿Debemos temer al Partido?

Buenas noches, amiwis.

La verdad es que he estado pensando en la sociedad de ahora y en lo que “preveían” autores como George Orwell o Aldous Huxley.

Es algo que me estaba planteando tras leer varias reseñas sobre ambos libros y tras haber leído ambos. Sería un poco estúpido hablar sobre esto sin haber leído alguno de los dos; yo he leído los dos. Mayormente porque me llamó la atención unas viñetas que se propagaron por internet sobre una comparación entre ambas distopías y luego con nuestra realidad.

Ahora que he asentado ambas obras en mi cabeza me he dado cuenta de que ambos escritores se morirían al ver que, en parte, ambas previsiones se cumplieron.

En Un mundo feliz de Huxley, se habla de que es una sociedad preparada solamente para el placer, pensada para distraer a la gente de pensar y filosofar (a menos que seas un alpha nacido para ello) y que no se preocupe de los problemas; les dan cuerpos prácticamente sintéticos que mantienen una apariencia joven hasta la muerte del sujeto, se obliga a ver el sexo como una distracción más, nada de sentimientos demasiados intensos como amar: el sexo es una diversión, los sentimientos arruinan todo. Así lo descubre uno de los protagonistas, Bernard Marx, que tiene un crush sobre una compañera de trabajo que se llama Lenina Crowne y, al parecer, una mujer que se dispone a acostarse con él; sin embargo Marx es un raro puesto que si tiene sexo es por los sentimientos hacia la compañera y se siente como que no pertenece a la época en la que vive, no disfruta de los diversos entretenimientos que dispone el gobierno y siempre se encierra en sí mismo. Por otro lado, Lenina, es una mujer muy atractiva que sólo se fija en Marx para que, el hombre con el que se acuesta normalmente, no sospeche que ella está totalmente prendada de él.
Bernard, para ganarse el amor de ella, la invita a irse a una colonia controlada de salvajes (los salvajes son seres humanos normales, como tú y como yo que no viven bajo las reglas del resto del mundo) en Norteamérica; allí descubren que una antigua visitante se quedó embarazada del hombre que la acompañó en este viaje y que vive dentro de la colonia, siguiendo con el proceso de la vida: ha engordado, ha envejecido y ya no es hermosa, esto se sabe porque ambos protagonistas pegan un grito cuando la ven. Su hijo, un muchacho de unos veinte años, es como el espécimen perdido: un chico que ha aprendido sobre la civilización de la que proviene su madre y criado entre los salvajes. Marx y Crowne deciden llevarse a ambos de vuelta a casa, de vuelta a Mundo Feliz; donde el muchacho, como un niño pequeño, mira todo con una ingenua curiosidad, recordando a un niño; eso hace que Lenina quiera acostarse con él mientras que John, así se llama el muchacho, lo que realmente quiere es casarse con ella. Por supuesto, como en Mundo Feliz, se han quitado los sentimientos nadie conoce la fidelidad ni el enamoramiento per se, el matrimonio no existe... Así que no entiende porqué un muchacho que podría tirarse a todas las chicas del país quiere encerrarse en una relación fiel con ella, dentro de la mente de Lenina no funciona. Por supuesto, al ser algo exótico, todos los vecinos y gente alpha quiere conocerle, las mujeres se le echan encima y los hombres le estudian como a un mono. Pero ocurre que la madre de John muere, por supuesto, la muerte es algo que está visto como un proceso natural y, al no haber sentimientos, un proceso nada doloroso sin embargo John estalla cuando quiere enterrar a su madre por la religión colonial y no le dejan ya que el cuerpo debe ser incinerado para utilizar sus componentes más importantes. John descubre que Mundo Feliz realmente no es más que un mundo artificial basado en placer así que se vuelve ermitaño.


En 1984 de Orwell, conocemos a Winston, un trabajador de “clase media”, que trabaja editando antiguas noticias para el Partido, el cual cambia las antiguas noticias para su mayor beneficio. Sin embargo, Winston empieza a usar el doblepiensa, que es una palabra en nuevalengua para la habilidad de tener dos pensamientos contradictorios al mismo tiempo y ser consciente de ello; dándose cuenta de lo realmente podrida que está la sociedad en la que vive donde no hay más lazos que las de amor y adoración hacia El Gran Hermano (y no hablo del programa, el presidente se llama así), un ente que es un cerebro colectivo de toda la sociedad; ve como los niños pueden denunciar a sus padres por el mero hecho de no gustarles el partido, como no existe la amistad y el amor es totalmente seccionado de la mente humana; por supuesto, el Partido quiere eliminar el antiguo idioma (el inglés) eliminando todas las palabras que puedan tener algún tipo de sentimiento o de grado superior o inferior de intensidad y lo llama nuevalengua, un ejemplo: en nuevalengua no se dice ‘Pienso que ese vestido te queda precioso’ sino ‘Pienso que esa ropa te queda másbonita’. No sé si se entiende, en mi edición se explica así en un apéndice. Quedando un vocabulario bastante falto de subjetividad; es más Winston es obligado a escribir las nuevas noticias al estilo normativo de ese nuevo lenguaje, lo cual se le hace complicado pero entretenido. Por supuesto, la libertad de expresión es algo que no existe en Oceanía (continente donde vive nuestro protagonista), nadie debe decir su opinión, escribir ni mostrar que eres algo distinto a la mente colectiva; sin embargo él se da cuenta de todo: el cambio de las informaciones, cómo se eliminan a las personas que empiezan a pensar distinto al Gran Hermano, como todo el mundo parece estar sin más mente que la que quiere el Partido. Finalmente, se subleva al sistema establecido, se enamora de una chica más joven que él y les acaban pillando; reciben tortura ambos. Resulta que el Gran Hermano no elimina a la gente hasta que ésta ha rendido su mente a la mente global del Partido.

Ambas distopías tienen puntos en común: en ambas, el tipo de sociedad creado evitan que la gente pueda pensar o sentir con distracciones o miedo; en ambas vemos que el amor es algo que está totalmente eliminado y se manipula a la gente para que no haya más lazos que los justos; en ambos siempre hay un protagonista que no está de acuerdo con el sistema establecido y ambos acaban mal por ser distintos.


Pensándolo mucho, nuestra sociedad es una mezcla de ambas: tenemos el terror del Partido a que la gente se exprese = Rajoy prohibiendo los memes o presentando la ley mordaza;
Luego muestras enormes de cánones de belleza totalmente artificiales: se nos pide que nos echemos cremas para que no nos salgan arrugas, tíñete el pelo ya que las canas no son bonitas, haz mucho deporte para ser bella y entrar en unos cánones estéticos muy poco naturales se parece mucho al hecho de que Mundo Feliz crea cuerpos especiales que no se degradan hasta la muerte y, además, tienen que ser atractivos y bellos (una de las muchas burlas que recibe Bernard Marx es el hecho de que no es estéticamente atractivo);
También tenemos el hecho de que nuestra sociedad nos inyecta muchas adicciones y diversiones para que no pensemos: telebasura, consumismo, porno;
En ambas distopías, el ser humano deja de ser humano para convertirse en algo que sólo piensa en el yo o en amar a un partido: se adora a gente como Kim Kardashian (que es egocéntrica como el resto de su familia) o se defienden partidos hasta crear enfrentamientos verbales o, incluso, se vota al mismo partido que la está cagando una y otra vez; ¿creéis que si Orwell y Huxley se despertasen de sus tumbas, saliesen y viesen la mezcla de sus dos obras no se volverían a morir?
Seguro que hay más cosas de las que he puesto que, si las habéis leído, seguro que decís: falta esto, también esto.

Resulta interesante y atemorizante que nuestra sociedad sea una mezcla de temor y placer que los jóvenes están viendo constantemente sin que nadie le ponga freno; los chicos de ahora no se dan cuenta de que un día se encontrarán con las cagadas que nosotros estamos haciendo; veo como los jóvenes cada vez se convierten más en esclavos dominados por el afán de adoración de X famoso de turno o dominados por el gobierno por quitarles unas asignaturas que el poder no piensa que necesiten; las matemáticas son necesarias pero la belleza también.

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